lunes, 26 de noviembre de 2012

EL EFECTO GREENSPAN. Martes 27 de noviembre



El efecto Greenspan

Alan Greenspan fue durante mucho tiempo el Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que es como su Banco Central. Este personaje estuvo al mando de la finanzas estadounidenses desde 1987 hasta 2006. Sirvió a cuatro Presidentes: Ronald Reagan, George Bush padre, Bill Clinton y George W. Bush. Recientemente tuve la oportunidad de leer uno de sus artículos donde profesaba por un sector financiero desregulado para dar paso a lo que según su criterio eran “innovaciones financieras”. Enarbolaba y defendía en su artículo que los mercados financieros globalizados eran más eficientes.

Fue escrito por el Sr. Greenspan dos años antes de la derogación de la ley Glass Steagall. Esta ley perteneciente a lo que se conoce como el “Bankig Act”, una serie de medidas implementadas por el gobierno de Franklin D. Roosevelt en 1933 para evitar que se repitieran las causas que originaron la gran depresión de 1929, impedía entre otras cosas, que los bancos comerciales se involucraran con los bancos de inversión.

Tras la crisis de las empresas tecnológicas y los eventos desafortunados del 11 de Septiembre del 2001, la Reserva Federal redujo los tipos de interés del 6.5% al mínimo histórico del 1.0%, fomentando irremediablemente a un incipiente sector inmobiliario.

Un mercado desregulado, inundado de liquidez y con tasas de interés muy bajas, una burbuja inmobiliaria en pleno apogeo fortalecida por el otorgamiento indiscriminado de créditos hipotecarios de mala calidad, mejor conocidos como sub-prime eran de por sí, una combinación peligrosa, que el Sr. Greenspan parece no haber percibido ni medido en sus consideraciones.

Estas hipotecas sub-prime fueron empaquetadas en instrumentos financieros conocidos como Mortgage Back Securities (MBS), los cuales fueron vendidos indiscriminadamente por los bancos a través del mundo. Cuando se les acababa el dinero para crear más MBS, los bancos iban por el mundo pidiendo dinero prestado a otros bancos, pues según ellos, para eso estaba la Globalización.

No contentos con esto, y para engañar a las agencias de calificación de riesgo, los bancos comerciales, tomando como agentes de comercialización los bancos de inversión, transformaron los MBS en otros derivados, ahora organizados en tramos o “tranches” de préstamos en orden de menor riesgo de impago hasta alto riesgo de impago, mejor conocidos como Collaterized Debt Obligations (CDO), los cuales a su vez eran sustentados por una especie de pólizas de seguros conocidos como los Credit Default Swaps (CDS)

Los mercados financieros habían omitido cumplir con sus funciones básicas de gestionar el riesgo, asignar el capital y movilizar los ahorros. Al contrario, habían creado más riesgo, habían asignado mal el capital y fomentaron el endeudamiento excesivo. Lamentablemente, estas innovaciones financieras fomentadas por el Sr. Greenspan fueron concebidas para evadir las normas, la fiscalización y los estándares contables. Fueron creados productos financieros tan complejos  que tenían el efecto de amplificar el riesgo.

Una vez que se impuso la desregulación, sólo era cuestión de tiempo para que se presentaran los horrores del pasado. Las mal llamadas innovaciones financieras sólo permitieron que la burbuja inmobiliaria se hiciera más grande antes de explotar. Lo que había sostenido a la economía norteamericana y a una buena parte de la economía global antes del estallido de la crisis en 2008 con la mega quiebra de Lehman Brothers, fue una borrachera consumista financiada por medio del endeudamiento. Se fomentó a las familias a vivir por encima de sus posibilidades.

Este desastre inmobiliario tuvo un efecto internacional. Por medio de la Titulización las hipotecas fueron empaquetadas, colocadas en tramos y luego re-empaquetadas y colocadas en todos los bancos del mundo y fondos de inversión. Cuando la burbuja estalló en 2008, esta estructura se desmoronó llevándose consigo instituciones otrora prestigiosas como Lehman Brothers, Bearn Stearns y Merill Lynch. Además casi acaban con los dos principales bancos hipotecarios gringos, Fannie Mae y Freddie Mac, además de la aseguradora AIG, ahogada en un inmerso mar de Credit Default Swaps.
A inicios del 2007, el precio de las viviendas empezó a caer, muchos de los deudores sub-prime se dieron cuenta que estaban pagando por sus casas más de lo que valían, por lo que dejaron de pagar sus cuotas, por lo tanto ya nadie quería comprar MBS o CDO, y quienes los poseían no pudieron venderlos.

Los depositantes de los bancos que prestaron dinero a los bancos norteamericanos vieron esfumarse sus ahorros. Los bancos empezaron a desconfiar unos de otros y dejaron de prestarse dinero entre ellos, por lo que se quedaron sin recursos para operar.

Como las familias empezaron a sentirse muy apretadas por el pago de la hipoteca, fueron menos al supermercado y a las tiendas. Esos negocios lo notan porque bajan las ventas y por ende compran menos mercancías a sus suplidores y a estos les empieza a sobrar personal, despiden empleados, lo cual aumenta irremediablemente la tasa de desempleo y se incrementan los niveles de pobreza. 

Estas imprudencias fueron emuladas por las instituciones financieras en Europa, provocando serios déficits públicos en países como España, Italia, Irlanda, Portugal, Islandia y Grecia.

Creo que el Sr. Greenspan se equivocó. Y se equivocó mal, pues sus ideas de mercados financieros eficientes, dejados a su libre albedrío han desembocado en tal vez, la peor crisis financiera de la historia moderna. Esta creencia de los mercados eficientes y globalizados es un fracaso estimulado por la Reserva Federal. Si esta teoría fuera cierta, nos existieran las burbujas.

Lo peor que se experimentó en este proceso fue una crisis moral. Se ha recorrido mucho camino en una dirección opuesta, creando una sociedad materialista que se ha impuesto al compromiso moral. Hoy  en día, estamos pagando los platos rotos.

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