lunes, 19 de noviembre de 2012

INDIGNADOS DOMINICANOS??. Miercoles 22 de noviembre



Indignados Dominicanos?
Para Lucienne  
                              
Como consecuencia del sometimiento por parte del gobierno de una propuesta de reforma tributaria fundamentada en un enorme y sorpresivo déficit fiscal, un sector de la población, tal vez no tan significativa en cuanto a número, pero sí en cuanto a contundencia y corazón, ha preferido no sentirse víctimas de las circunstancias y hacer sentir su desacuerdo manifestándose en las calles, de manera pacífica, pero firme.

Son estas personas unos tontos?, no lo creo. Al contrario, están ejerciendo su pleno derecho a protestar, sin alterar el orden público, siempre resaltando su repudio hacia unas medidas entendidas como injustas e improcedentes. Tonto es el que se cruza de brazos y se deja someter a cambio de dádivas.

Son estas personas unos intransigentes, retrógradas e intolerantes??. Unos engendros con deseo de fuñir??. Para nada!!!. Sus componentes provienen de los diferentes estratos de la Sociedad Dominicana, que han tenido la responsabilidad civil de hacer valer sus derechos y exigir una patria mejor, una patria sin corrupción, sin clientelismo y sin lambonismo de Estado. Lo que más ha indignado, no es sólo el engaño y la manipulación a que nos tienen sometidos, no solo estos, sino todos quienes nos han gobernado, es que se quiera subestimar nuestra inteligencia. Que los dominicanos estamos hasta el copete de tantas barbaridades y mentiras, hartos de que nos tomen como cochinitos-alcancía y que sólo le seamos importantes en vísperas de elecciones.

Antes y durante la campaña política se nos vendió la idea de que teníamos una economía blindada, un país próspero y en camino hacia el desarrollo. Esta fue la estrategia descarada para preservar el poder, pues durante la misma, nunca se mencionó tal déficit y menos de ese tamaño. Ahora, una vez sintiéndose victoriosos y con el control del Senado y la Cámara de Diputados, nos infligen cual daga, un inmisericorde coctel de impuestos prácticamente recesivos.

Leo los periódicos y observo que la clase media dominicana es sólo un puñado de personas que no tienen peso específico entre la población. Que son los de abajo, los pobres los que realmente son la representatividad de este país. Eso es precisamente lo que desean los de arriba, que este pueblo se convierta en una isla llena de indigentes, claro, para poderlos manejar a su antojo con dádivas. Ellos piensan, al Pueblo “pan y circo”, y así nos tienen desde hace décadas. Lo que el gobierno debería fomentar es un crecimiento sostenible de la clase media, tal como hizo Brasil, que sacó a millones de sus conciudadanos de la miseria para ubicarlos en la clase media. Eso es a lo que debemos aspirar en este pedazo de isla. Es mi deseo que mis conciudadanos de las clases más pobres, tengan la dicha algún día de poder tener, por  lo menos, un nivel de consumo justo y estable.

En los últimos meses hemos sido testigos alrededor del mundo de la proliferación de movimientos espontáneos de sectores vulnerables de la población, hartos de tanta inmundicia y vagabundería por parte de sus dirigentes. Movimientos de indignados como el 15-M de España, los Occupy Wall Street en Estados Unidos y la denominada Primavera Árabe del norte de África, son la prueba fehaciente de que los ciudadanos del mundo, cuando se sienten cansados, pueden convertirse en una fuerza poderosa. Tal vez a este tipo de fuerza, es que temen los de arriba.

Un pueblo no puede quedarse callado cuando su derecho a un mundo mejor le he sustraído de golpe y porrazo. Cada dominicano tiene derecho a soñar y sobre todo que ese sueño pueda ponerse en acción. Creo firmemente en las buenas intenciones de nuestro Presidente Medina, pero creo que debe empezar a rodearse de personas con mayor nivel de credibilidad y con deseo de aportar a la nación y  no de servirse de ella.

Finalmente quiero finalizar esta entrega con un párrafo del nuevo libro del genial economista Joseph Stiglitz titulado “El Precio de la Desigualdad” que sirve para ilustrar mejor los tiempos que estamos viviendo: “Para los jóvenes indignados y los manifestantes de otros lugares del mundo, el capitalismo no sólo no está cumpliendo con lo que prometía, sino que está dando lugar a lo que no prometía, la degradación de los valores hasta el extremo en que todo es aceptable y nadie se hace responsable.”

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