La verdad que en este país
tenemos aún muy arraigado el complejo de Guacanarix y creemos que cualquier
extranjero puede venir a trazarnos directrices y darnos cátedra de cualquier
cosa. Desde hace varias semanas, se ha estado promocionando una conferencia en
nuestro país con el Sr. Alan Greenspan. Este funesto personaje es uno de los
principales responsables de la debacle financiera del 2008, gran precursor de
la desregulación de los mercados que permitió uno de los procesos de
sobreendeudamiento más grandes de la historia, que ha traído una espiral de
desempleo y pobreza a nivel mundial.
Alan Greenspan fue durante mucho
tiempo el Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que es como
su Banco Central. Estuvo al mando de la finanzas estadounidenses desde 1987
hasta 2006. Fue uno de los grandes precursores de un sector financiero
desregulado para poder dar paso a lo que según su criterio eran “innovaciones
financieras”. Enarboló y defendió la creencia que los mercados financieros globalizados
eran más eficientes si se dejaban a su libre albedrío.
Una de sus “víctimas” fue la ley
Glass Steagall. Esta ley era parte de lo que se conoce como el “Bankig Act”,
una serie de medidas implementadas por el gobierno de Franklin D. Roosevelt en
1933 para evitar que se repitieran las causas que originaron la gran depresión
de 1929, impedía entre otras cosas, que los bancos comerciales se involucraran
con los bancos de inversión. Bajo su influencia fue derogada en 1999.
Tras la crisis de las empresas
tecnológicas y los eventos desafortunados del 11 de Septiembre del 2001, la
Reserva Federal redujo los tipos de interés del 6.5% al mínimo histórico del
1.0%. De este modo, un mercado desregulado, inundado de liquidez y con tasas de
interés muy bajas, una burbuja inmobiliaria en pleno apogeo fortalecida por el
otorgamiento indiscriminado de créditos hipotecarios de mala calidad, mejor
conocidos como sub-prime eran de por sí, una bomba de tiempo, que el Sr.
Greenspan parece no haber percibido ni medido y mucho menos prevenido.
Una de sus más sonoras metidas de
pata fue haber permitido a los bancos de inversión como el quebrado Lehman
Brothers, asumir riesgos imprudentes, creando “monstruos financieros, con pies
de barro” que como ya sabemos cayeron de manera vertiginosa, acabando de golpe
y porrazo con los ahorros e ilusiones de millones de personas.
En este sentido el Informe de la
Comisión de Investigación sobre la crisis financiera del Congreso de Estados
Unidos, establece una lista de culpables en la que sobresale el nombre de Alan
Greenspan, pues en su gestión se formó la burbuja inmobiliaria. Según el
informe, esta crisis era totalmente evitable y se debió a la falta de
regulaciones, mala gestión empresarial y la asunción irresponsable de riesgos
por parte de Wall Street.
Así mismo, la prestigiosa revista
TIME en su listado de culpables de la crisis establece como “Number One” a este
supuesto gurú por abogar a favor de la desregulación y por su falta de
liderazgo para frenar el desarrollo de las hipotecas basura.
Adicionalmente, el Premio Nóbel
de Economía 2001, Joseph Stiglitz en sus libros “Caída Libre” y “El Precio de
la Desigualdad” describe con lujo de detalles la responsabilidad del Sr.
Greenspan en la formación y estallido de la crisis. Otro Premio Nóbel, Paul
Krugman, quien recibiera el galardón en 2008, ha escrito varios artículos criticando
la gestión de este personaje.
Pero si el lector desea indagar
más sobre este tema, le recomiendo el grandísimo documental “Inside Job” de
Charles Ferguson, ganador del Oscar a mejor documental en 2010, considerado uno
de los mejores documentos explicativos de la crisis, que desnuda sin tapujos
las “bellaquerías” del Sr. Greenspan. También puede ver el documental
“Capitalismo, Una Historia de Amor”, de Michael Moore, donde pueden apreciarse
las funestas consecuencias de la mala gestión de este señor.
Excelente artículo, en República Dominicana olvidamos nuestra historia en poco tiempo. Tan reciente es la crisis del 2003 producto de una quiebra de algunos bancos, pudo convertirse en crisis sistémica, producto en cierta medida de la falta de supervisión y adecuada regulación del sector financiero.
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