No por casualidad a Santiago se le conoce como la ciudad
corazón, y en verdad se encuentra ubicada en el corazón de la nación con una ubicación geográfica y
estratégica envidiable. Esta posición le permite estar equidistante de los principales pueblos del
Cibao y ser una especie de centro de acopio para la región. En este sentido, en la ciudad han
proliferado una serie de empresas comerciales e industriales, que con el tiempo se han convertido en
verdaderos gigantes del mundo de los negocios. Santiago se puede considerar la cuna de una de la más
talentosas generaciones de empresarios e industriales del país.
En este sentido, las principales instituciones financieras del país tienen una abultada presencia en nuestro centro urbano, así como en todas las comunidades circundantes. Así mismo, numerosas entidades de fomento a la micro, pequeña y mediana empresa, tienen su centro de operaciones en la ciudad. Del mismo modo, contamos con importantes organizaciones representantes de la Economía Solidaria, como la Cooperativa La Altagracia, que ha hecho de la provincia de Santiago, su principal fuente de negocios con un éxito impresionante.
No podemos obviar el espíritu emprendedor del santiaguero, así como su gran capacidad de trabajo. Día tras día, cada ciudadano emprende el reto diario de dar lo mejor de sí, ya sea desarrollando su propio negocio o ejerciendo funciones ejecutivas en las diversas empresas de la región. Ese espíritu de lucha, ha hecho de nuestra ciudad un dinámico canalizador de recursos hacia toda la Región Norte.
Nuestra hidalga ciudad se encuentra rodeada de las tierras más fértiles del país, cercana al mar y al mismo tiempo de la más importante cadena montañosa, nos hace el centro vital para la ganadería, la agricultura y la agroindustria, así como para la exportación e importación de mercancías. En este sentido, la presencia de nuestro propio aeropuerto ha tenido un efecto multiplicador en el devenir socio económico de la ciudad.
Nuestro sector empresarial ha sabido mantenerse unido y al mismo tiempo muy identificado con las necesidades con nuestra ciudad. Nuestro gran empresariado ha sabido ganarse un lugar preferente y de peso en la capital de la República, lo que ha fomentado la llegada de importantes inversiones. Creo que hoy en día se nos escucha más que antes donde se tejen los importantes hilos del poder.
Sin embargo, más no quiere decir suficiente y todavía la ciudad adolece de ciertas asimetrías de desarrollo, como por ejemplo un sistema vial deficiente, falta de inversión pública en infraestructura, incremento de la delincuencia, altos niveles de desempleo y poco apoyo a las PyMES. Por ello, nuestras principales asociaciones empresariales deben ejercer presión ante las nuevas autoridades para dotar a nuestros conciudadanos de más oportunidades.
Santiago es una plaza electoral difícil, que no se “vende a ningún partido” y menos cuando nuestras necesidades no son satisfechas. Nuestra hermosa ciudad requiere de importantes obras de infraestructura, como por ejemplo la terminación de la avenida Circunvalación Norte, que lograría desintoxicar en gran medida la crisis vial de la ciudad y el Parque Central, que actualmente presenta las ruinas del antiguo aeropuerto.
Adicionalmente, es una condición sine qua non que el nuevo gobierno se involucre en el Plan Estratégico de Santiago, siendo de por sí necesario un acercamiento con nuestras diferentes asociaciones y gremios empresariales.
En este sentido deben realizarse grandes esfuerzos para levantar el turismo de la Zona Norte, teniendo a Santiago como eje de enlace.
La ciudad requiere de la construcción de más escuelas y hospitales. Pero no sólo construirlos a la ligera y dejarlos luego abandonados como generalmente sucede. También es vital, pues el agua es vida, la construcción de sistemas de agua potable, para los cuales ya existen acuerdos importantes.
El sector de Zonas Francas, gran generador de empleos, no debe estar fuera de la carpeta oficial, ya que necesitamos el diseño de estrategias que incentiven la inversión foránea, sobre todo en nuevos rubros de la economía.
La ciudad de Santiago es una ciudad próspera, con un empresariado fuerte y uniforme en sus convicciones. Sus ciudadanos son gente trabajadora, que saben dar lo mejor de sí y lograr excelentes resultados. Sin embargo, es vital que el gobierno nos dé el lugar que nos corresponde dentro del Sistema Económico Dominicano.
En este sentido, las principales instituciones financieras del país tienen una abultada presencia en nuestro centro urbano, así como en todas las comunidades circundantes. Así mismo, numerosas entidades de fomento a la micro, pequeña y mediana empresa, tienen su centro de operaciones en la ciudad. Del mismo modo, contamos con importantes organizaciones representantes de la Economía Solidaria, como la Cooperativa La Altagracia, que ha hecho de la provincia de Santiago, su principal fuente de negocios con un éxito impresionante.
No podemos obviar el espíritu emprendedor del santiaguero, así como su gran capacidad de trabajo. Día tras día, cada ciudadano emprende el reto diario de dar lo mejor de sí, ya sea desarrollando su propio negocio o ejerciendo funciones ejecutivas en las diversas empresas de la región. Ese espíritu de lucha, ha hecho de nuestra ciudad un dinámico canalizador de recursos hacia toda la Región Norte.
Nuestra hidalga ciudad se encuentra rodeada de las tierras más fértiles del país, cercana al mar y al mismo tiempo de la más importante cadena montañosa, nos hace el centro vital para la ganadería, la agricultura y la agroindustria, así como para la exportación e importación de mercancías. En este sentido, la presencia de nuestro propio aeropuerto ha tenido un efecto multiplicador en el devenir socio económico de la ciudad.
Nuestro sector empresarial ha sabido mantenerse unido y al mismo tiempo muy identificado con las necesidades con nuestra ciudad. Nuestro gran empresariado ha sabido ganarse un lugar preferente y de peso en la capital de la República, lo que ha fomentado la llegada de importantes inversiones. Creo que hoy en día se nos escucha más que antes donde se tejen los importantes hilos del poder.
Sin embargo, más no quiere decir suficiente y todavía la ciudad adolece de ciertas asimetrías de desarrollo, como por ejemplo un sistema vial deficiente, falta de inversión pública en infraestructura, incremento de la delincuencia, altos niveles de desempleo y poco apoyo a las PyMES. Por ello, nuestras principales asociaciones empresariales deben ejercer presión ante las nuevas autoridades para dotar a nuestros conciudadanos de más oportunidades.
Santiago es una plaza electoral difícil, que no se “vende a ningún partido” y menos cuando nuestras necesidades no son satisfechas. Nuestra hermosa ciudad requiere de importantes obras de infraestructura, como por ejemplo la terminación de la avenida Circunvalación Norte, que lograría desintoxicar en gran medida la crisis vial de la ciudad y el Parque Central, que actualmente presenta las ruinas del antiguo aeropuerto.
Adicionalmente, es una condición sine qua non que el nuevo gobierno se involucre en el Plan Estratégico de Santiago, siendo de por sí necesario un acercamiento con nuestras diferentes asociaciones y gremios empresariales.
En este sentido deben realizarse grandes esfuerzos para levantar el turismo de la Zona Norte, teniendo a Santiago como eje de enlace.
La ciudad requiere de la construcción de más escuelas y hospitales. Pero no sólo construirlos a la ligera y dejarlos luego abandonados como generalmente sucede. También es vital, pues el agua es vida, la construcción de sistemas de agua potable, para los cuales ya existen acuerdos importantes.
El sector de Zonas Francas, gran generador de empleos, no debe estar fuera de la carpeta oficial, ya que necesitamos el diseño de estrategias que incentiven la inversión foránea, sobre todo en nuevos rubros de la economía.
La ciudad de Santiago es una ciudad próspera, con un empresariado fuerte y uniforme en sus convicciones. Sus ciudadanos son gente trabajadora, que saben dar lo mejor de sí y lograr excelentes resultados. Sin embargo, es vital que el gobierno nos dé el lugar que nos corresponde dentro del Sistema Económico Dominicano.
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