martes, 3 de diciembre de 2013

La odisea de la regalía pascual y el ahorro post navideño. Martes 3 de de diciembre 2013.

Durante estos días los trabajadores dominicanos estaremos recibiendo el popular, esperado y venerado sueldo de navidad o regalía pascual. Un evento esperado por muchos, sobre todo por aquellos que no han hecho sus deberes y están endeudados hasta la tambora. Muchos de nuestros compatriotas orientarán estos recursos al saldo de deudas, principalmente de la tarjeta de crédito. Esto es como “mutar la piel” todos los años. Somos parte de una sociedad consumista donde cualquiera puede tener uno de esos plásticos multicolor. Es más, conozco personas que tienen tres o cuatro!!!.
   
Lo ideal fuera que una vez realizado el saldo y haber limpiado sus tarjetas, cada usuario se adhiriera a un plan de desintoxicación o mejor dicho de higienización financiera (Cortesía de Cristian Burgos y Paulo Herrera), pero que va!!!, no ha llegado siquiera el mes de marzo, y ya hay personas con sus tarjetas prácticamente colmadas. Este es un círculo vicioso de miseria que no fomenta el ahorro, y mucho menos la inversión.

La verdad que es triste y hasta frustrante para muchos, quedarse sin un centavo de la regalía por haber hipotecado su futuro en una serie de gastos superfluos e improductivos que les arrebata la emoción de disfrutar tranquilamente de la Navidad con sus seres queridos. Es muy frecuente escuchar para estas fechas aquello de: “Este año no hay regalo para nadie, se me fue todo en la tarjeta”. Nuestra falta de cultura financiera nos lleva a caminar por el sendero pedregoso del endeudamiento improductivo y la pobreza generalizada.
   
La regalía pascual debería ser un mecanismo para en primera instancia completar el presupuesto de obsequios para la navidad (ni modo). Eso sí, no cargarse todo el monto del mismo para estos fines, ya que nos quedaríamos en “olla” hasta el próximo año. Así mismo, debe canalizarse una buena parte para el ahorro y una futura inversión (Una casa, un vehículo, algún estudio de post grado, iniciar un proyecto de negocios, etc..) en fin, para cualquier actividad productiva, siempre y cuando haya sido cubierto el riesgo de liquidez. Recordemos que la Inversión es el empleo de nuestro ahorro en una actividad de negocios o un instrumento financiero con el objetivo de aumentarlo. Eso es a lo que debemos siempre aspirar. Usar parte de nuestra regalía, para acumular recursos para un futuro proyecto de inversión.
  
 La inversión puede ser aquella idea de negocios que hace tiempo se  desea implementar. El emprendurismo siempre será una opción factible de inversión. Pero también puede ser la realización de un diplomado, especialidad o post-grado que aumente su cotización como profesional en un mercado laboral cada vez más competitivo. Por otro lado, la adquisición inteligente de activos fijos, como una casa, apartamento o un buen vehículo, también son ejemplos de inversiones cuando se hacen concienzudamente. Por otro lado, la República Dominicana ya cuenta con una Bolsa de Valores donde invertir recursos en instrumentos de renta fija con rendimientos más atractivos que los depósitos tradicionales. Cualquiera que sea su idea de inversión, siempre consulte con un asesor financiero serio, preferiblemente de su entorno.
   
En este sentido aléjese de inversiones peligrosas como algunos sanes múltiples chabacanos que pululan por ahí o esquemas financieros fraudulentos como el fraude piramidal o esquemas Ponzi. Nunca se deje llevar por los efectos de la ilusión monetaria. Recuerde, no todo lo que brilla es oro.
   
Sin embargo, para poder acumular recursos después de la odisea pascual hay que ajustarse a una estricta disciplina financiera. Se debe reducir la “colección” de tarjetas de crédito. A menor cantidad de ellas, menor será la tentación de usarlas imprudentemente. Recomiendo quedarse con dos, una oficial y otra de emergencia, para eventualidades. Utilícela correctamente, pues es un excelente medio de pago si se sabe usar.
   
Para empezar con buen pie la época post navideña y el nuevo año, es imprescindible realizar un presupuesto realista donde se contemplen sus ingresos mensuales y pueda realizar una distribución eficiente de sus gastos para tener una mejor visión de su condición financiera. Un buen presupuesto, siempre debe incluir un porcentaje para ahorro y futuras inversiones. Si usted es de las personas que sufre de “consumitis aguda” y de “endeudamiento crónico”, busque ayuda de un buen consultor financiero para que inicie un proceso de higienización financiera.
    
Los presupuestos son como las promesas de ponerse a dieta cada año, si desea verdaderos resultados, debe tener voluntad para llevarlo a cabo y nunca desistir. En la red, puede encontrar una gran variedad de hojas electrónicas para su presupuesto.     

       
Busque una que se ajuste a su necesidad y circunstancias. Recuerde que el éxito en la ejecución de su presupuesto, es ser disciplinado y nunca caer en el error de la flexibilización. Con el tiempo, verá los resultados, podrá cubrir su riesgo de liquidez y con sus frutos podrá iniciar aquella inversión que siempre quiso desarrollar.

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