lunes, 23 de diciembre de 2013

2013: Un año de transición



Estamos en las postrimerías de este 2013. Un año que puede considerarse de preámbulo para un 2014 de mayor crecimiento y más estabilidad.

En los Estados Unidos, el crecimiento del PIB se coloca en un inesperado 4.1%, cuando el cálculo se estimaba en un 3.6%, siendo el nivel más alto en dos años. Aparentemente los fantasmas de la crisis financiera del 2008 empiezan a disiparse. Un dato que ha ayudado a este incremento es la reducción de la tasa de desempleo que se ha ubicado en el 7%. Además la Reserva Federal, ha anunciado que reducirá parcialmente su plan de estímulos a la economía debido a la consolidación de la recuperación. Así mismo la inversión privada ha subido hasta 4.8% y la demanda interna se coloca en el 2.3%, por encima del 1.8% pronosticado. Estos datos deben ser vistos con optimismo en nuestras tierras por la ya obvia y fuerte relación comercial que tenemos con los gringos.

En Europa, aunque existen aún algunos desequilibrios como la alta tasa de paro, en términos generales existe una alta tendencia a la estabilización, básicamente en España e Italia que están marcando el camino de la recuperación.

En términos de la región, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su último informe indicó que América Latina y el Caribe crecerán un 3.2% en el 2014, cifra superior a la prevista que era de 2.6% debido a un mejor escenario económico internacional y la expansión del consumo.

En nuestro país, el 2013 empezó mal con una contracción aguda de la producción y el consumo que llevó al gobierno a establecer medidas de flexibilización financiera para incentivar la economía y evitar una recesión. Una de las medidas más trascendentales fue la reducción del encaje legal que logró en cierta manera revertir la situación, pero no con resultados contundentes, ya que hubo que hacer un reajuste en la política económica para evitar que el aumento de la tasa del dólar se saliera de control, lo que contrajo en cierto grado la actividad económica, la cual parece volver a reactivarse tras el anuncio de fuertes inversiones públicas y la entrega de la regalía pascual. 

El gobierno del Sr. Danilo Medina, entiende que el 2014 será un buen año pues se esperan fuertes inversiones y una mayor estabilidad en las tasas de interés y la prima del dólar.  Además la tasa de inflación cerrará dentro de los niveles estipulados y no se esperan mayores sustos en este apartado. Aprovecho la ocasión para sugerir que esos vientos de crecimiento y estabilidad lleguen a nuestra hidalga provincia, pues es mucho lo que la Administración Central nos ha quedado a deber y se realicen las ya prometidas inversiones, como la terminación de la tan anhelada Circunvalación Norte. Pero que no sólo se limiten a esto, sino que exista un programa amplio de inversión para Santiago y el Cibao.

En términos fiscales, la mal llamada reforma fiscal del 2012 no ha tenido el efecto esperado en recaudación debido a que durante su proceso de implantación ha sufrido tanto modificaciones como supresiones, que la han hecho distar muchísimo de la propuesta original, lo que lleva al gobierno a buscar nuevas alternativas que no fomenten tanto la concentración del fisco, como ocurre actualmente y fue expresado recientemente por el director de la DGII.

No obstante, existen serias anomalías en el tren gubernamental que deben ser solucionadas para el bien de nuestra sociedad. La Delincuencia sigue azotando a una población que cada día más se siente desamparada ante la falta de una gestión policial eficiente. Es ya una necesidad de Estado la reestructuración de la Policía Nacional. 

Así mismo, el gobierno debe dar un golpe de efecto y empezar de buena vez a destituir funcionarios ineptos, estúpidos e ineficientes en posiciones claves y poner personas capacitadas y comprometidas con el bienestar del país. La Corrupción y la Impunidad siguen siendo el talón de Aquiles de la actual gestión, y ya es justo que el pueblo dominicano cuente con un equipo gerencial noble y efectivo que maneje nuestras instituciones públicas, no la banda de forajidos que existe actualmente, que se creen dueños del erario público.

El flagelo del desempleo debe ser atacado de manera diferente a través de programas enfocados a la verdadera potenciación de las MIPYMES, la reestructuración de la oferta académica, inserción por ley de un programa de primer empleo, fomento de las inversiones internas y externas, la diversificación de la oferta turística a través de la promoción del turismo cultural y ecológico, etc.

Finalmente, este país necesita de un cambio sustancial en su mecanismo de desarrollo de la   Educación. Nada de lo anteriormente descrito será posible con un país mal educado. La Educación debe ser la prioridad de este gobierno, y aunque en este 2013 se han logrado avances, es mucho lo que hay que hacer, pues sólo hay que salir a nuestras calles para ver lo mal que andamos.

En definitiva, este 2013 puede catalogarse como un año de transición, pues de un inicio de 2013 lúgubre, lo finalizamos con mejores datos económicos y con una marcada tendencia a la recuperación y el crecimiento. Ojalá que así sea. Desde esta humilde columna, le deseamos al valiente y sufrido pueblo dominicano unas felices fiestas y un 2014 llena de buenos proyectos, y sobre todo mayor Educación, que es la clave para una sociedad en Paz.

martes, 17 de diciembre de 2013

TOLERANCIA, SENSATEZ Y RESPETO



Esta columna se ha enfocado en los últimos tres años a tratar básicamente temas financieros y económicos de una manera llana y sencilla para que pueda ser digerida por el dominicano común. En el próximo mes de enero, cumplimos un año más tratando de llevar cultura financiera a mis conciudadanos, labor que me ha dado grandes satisfacciones.

Sin embargo, hay momentos y circunstancias en la que debemos dar un giro diferente al denominador común y asestar un golpe en la mesa ante la degradación que está sufriendo nuestra sociedad. La Tolerancia, la Sensatez y la Respeto son tres atributos que parecen no tener cabida en nuestra Nación.

La Tolerancia es piedra angular de naciones desarrolladas. Es la virtud de aceptar las opiniones de los demás, siempre manteniendo la altura del debate. No obstante, nuestra clase política dista mucho de conocer en su profundidad esta divina palabra. Existe una gran cantidad funcionarios públicos que se creen dueños de la verdad absoluta. En vez de hacer un ejercicio de reflexión, se muestran ultrasensibles e iracundos ante la más mínima crítica, despotricando sin fundamentos a quienes con formalidad les increpan. Somos una sociedad donde normalmente se hace ejercicio de la violencia desenfrenada como medio de ganar terreno o imponer criterios, cuando los mismos deben ser edificados con fundamentos y metodología. El mejor ejemplo de esto son las ya frecuentes batallas políticas y gremiales, donde las sillas vuelan por los aires y las pistolas ahogan la fluidez de las ideas.

La Sensatez es tan escasa como el petróleo en nuestro país. Siempre buscamos la manera de complicarnos la vida, habiendo mejores maneras de hacer las cosas. La falta de sensatez nos llevará al precipicio. El buen juicio ha sido doblegado por la falta de criterio, la corrupción y la injusticia social. Aunque nuestro actual Presidente ha dado cátedra de una sensatez inusitada en estos lares, una gran parte de sus compañeros parecen navegar en el mar oscuro del desatino. Actividades que deberían estar revestidas de toda lógica, son llevadas a cabo a rajatabla, sin que la misma tenga una base sólida, como llevar a cabo una parafernalia celebración en el Monumento, en un momento donde la austeridad, la concertación y la prudencia deberían ser las guías de todo ayuntamiento.

La falta de sensatez es la semilla del despilfarro. La insensatez reina en nuestras instituciones, donde sus funcionarios se creen dueños del erario público, y cual vaca es ordeñada sin control a diestra y siniestra. Sin la Sensatez es imposible establecer una cultura financiera a largo plazo, pues el insensato piensa a corto plazo.

Por último, hay una virtud que cada día más se acerca al agotamiento y es el Respeto. Somos un país lleno de bravucones, insolentes y temerarios, cuya falta de educación corroe los cimientos del sosiego de una sociedad exasperada y tan necesitada de cultura y refinamiento. Somos impacientes, bulliciosos, indolentes y nos importa un carajo parquear nuestros vehículos donde nos dé la gana o pasarnos un semáforo en rojo como si nada. Ya nada sorprende, nada nos asombra,  y eso es peligroso, pues en la medida que nos acostumbremos al caos y el desorden, menos probabilidades de soñar con un verdadero proyecto de nación.

Hemos perdido el respeto a nuestros padres, a la naturaleza, a nuestra ciudad, a nuestras metas, a nuestras ideas y últimamente hemos perdido el respeto a la vida, como así confirma el aumento de suicidios en nuestro país. Como decía Benito Juárez, el respeto al derecho ajeno es la paz, lamentablemente en nuestro país, hay quienes están a años luz de entenderlo.

lunes, 16 de diciembre de 2013

TURISMO CULTURAL

Hace unas semanas realizamos un paseo a la hermosa ciudad de Bonao junto a unos amigos, un recorrido muy interesante y que me ha hecho reflexionar sobre nuestro turismo cultural. Primeramente, como salimos al medio día, antes de nuestra primera cita en Piedra Blanca, hicimos una parada gastronómica en el popular restaurante Kiko.            

Aquí pudimos disfrutar de unos exquisitos quipes rellenos de camarones, pulpo o lambí. Este establecimiento es archiconocido por su plato de Jaiba, que es del gusto del mismísimo Julio Iglesias, quien acostumbra venir a degustarlo siempre que puede.  
          
Después del festín, fuimos directamente a la comunidad de Piedra Blanca, donde estuvimos visitando un grupo de artesanos del barro quienes elaboran hermosas vasijas multicolor, con una excelente calidad y fina terminación. Además cuentan con el auspicio de un programa de cooperación del gobierno coreano.

La verdad que quedamos maravillados con el trabajo de estos artesanos, por la fluidez de sus movimientos en las manos para lograr dar forma estas hermosas vasijas y la calidad insuperable de las mismas. Cuando la tarde se hacía adulta, nos trasladamos al Museo Cándido Bidó donde fuimos recibidos por su director Julio C. Valentín, quien de manera muy cálida nos ofreció un entretenido pero instructivo tour.

En la primera planta disfrutamos de las esplendidas obras del Maestro Bidó y parte de su gran legado. Ya en el segundo piso del museo disfrutamos de la geniales obras de arte ganadoras de las pasadas bienales. A pesar de que el recinto está bien mantenido por su personal, pude distinguir algunos vestigios de quebranto y es muy triste que este templo del arte que lleva el nombre de uno de nuestros más grandes y queridos artistas, no cuente con ningún tipo de apoyo financiero por parte del Ministerio de Cultura o el Ministerio de Turismo. Luego procedimos a visitar la casa del gran artista Cristian Tiburcio, el Gaudí Dominicano, cuya vivienda es toda una obra de arte con el sello personal de este genial personaje dominicano.

Todo allí es arte, desde una simple licuadora hasta cada una de las habitaciones. A través de los años, el artista ha hecho de su hogar, parte de su vida artística, siempre con el apoyo de su querida esposa e hijas, que son base de inspiración. Sus obras son un deleite visual y pueden encontrarse desperdigados por toda la propiedad. Es arte en su pura esencia lo que se respira en cada uno de sus rincones, donde cada visitante queda absorto ante la envergadura de su obra. Para los amantes del buen arte, en la Casa Escultura Tiburcio, como le denomina el artista, podrán encontrar piezas de este gran artista, en una gran diversidad de precios y variedades, y para todos los gustos.   

 Lamentablemente, y al igual que el Museo Cándido Bidó, es prácticamente inexistente el apoyo que recibe de las autoridades. Al final de la tarde, procedimos a disfrutar del Típico Bonao y del restaurante café Monte Carlo. Como podemos observar, la hermana ciudad de Bonao cuenta con una sustanciosa oferta cultural que debe ser potencializada.

Es triste ver como estos lugares, símbolos del arte dominicano, no están siendo tomados en cuenta por nuestras autoridades como instrumentos de desarrollo cultural y turístico. Recientemente, hemos estado escuchando algunas noticias sobre convertir a nuestra ciudad de Santiago en un polo turístico, lo cual veo muy bien. Sin embargo, del dicho al hecho, queda mucho trecho y son muchas importantes decisiones y procesos que deben llevarse a cabo para lograrlo. Lo primero es que exista una verdadera voluntad para llevarlo a cabo, pues es muy común en estos lares la propuesta de interesantes proyectos que nunca se llevan a cabo.    

Por ello, esto requiere de un alto nivel de compromiso de todas las instituciones santiagueras y un plan realista que cuente con suficientes recursos tanto privados como públicos. Luego, debe definirse un plan para valorar restaurar, arreglar o construir aquellas estructuras necesarias para el desarrollo turístico de nuestra ciudad, que como no contamos con playas, ni una oferta hotelera profunda, debe contemplarse en primera instancia el desarrollo de un turismo cultural.

Nuestro querido Centro León, es un excelente ejemplo y nuestro principal buque insignia. Pero no es el único. Para ello es vital realizar inversiones en instituciones y lugares ya establecidos como el Monumento a los Héroes de la Restauración, El vetusto museo Tomás Morel, Casa de Arte, 37 por las tablas, El Centro de la Cultura, la Escuela de Bellas Artes, la restauración del casco antiguo de la ciudad con sus añejas casas victorianas, obviamente el rescate a profundidad del folclore carnavalesco, las ruinas de Jacagua, entre otros. Un Santiago de los Caballeros, desarrollado por medio de una gran oferta cultural, dará a nuestra ciudad corazón una brillantez inusitada, además de generar fuentes de empleos directas e indirectas. Ojalá, las intenciones no sólo se quedan ahí.

martes, 3 de diciembre de 2013

La odisea de la regalía pascual y el ahorro post navideño. Martes 3 de de diciembre 2013.

Durante estos días los trabajadores dominicanos estaremos recibiendo el popular, esperado y venerado sueldo de navidad o regalía pascual. Un evento esperado por muchos, sobre todo por aquellos que no han hecho sus deberes y están endeudados hasta la tambora. Muchos de nuestros compatriotas orientarán estos recursos al saldo de deudas, principalmente de la tarjeta de crédito. Esto es como “mutar la piel” todos los años. Somos parte de una sociedad consumista donde cualquiera puede tener uno de esos plásticos multicolor. Es más, conozco personas que tienen tres o cuatro!!!.
   
Lo ideal fuera que una vez realizado el saldo y haber limpiado sus tarjetas, cada usuario se adhiriera a un plan de desintoxicación o mejor dicho de higienización financiera (Cortesía de Cristian Burgos y Paulo Herrera), pero que va!!!, no ha llegado siquiera el mes de marzo, y ya hay personas con sus tarjetas prácticamente colmadas. Este es un círculo vicioso de miseria que no fomenta el ahorro, y mucho menos la inversión.

La verdad que es triste y hasta frustrante para muchos, quedarse sin un centavo de la regalía por haber hipotecado su futuro en una serie de gastos superfluos e improductivos que les arrebata la emoción de disfrutar tranquilamente de la Navidad con sus seres queridos. Es muy frecuente escuchar para estas fechas aquello de: “Este año no hay regalo para nadie, se me fue todo en la tarjeta”. Nuestra falta de cultura financiera nos lleva a caminar por el sendero pedregoso del endeudamiento improductivo y la pobreza generalizada.
   
La regalía pascual debería ser un mecanismo para en primera instancia completar el presupuesto de obsequios para la navidad (ni modo). Eso sí, no cargarse todo el monto del mismo para estos fines, ya que nos quedaríamos en “olla” hasta el próximo año. Así mismo, debe canalizarse una buena parte para el ahorro y una futura inversión (Una casa, un vehículo, algún estudio de post grado, iniciar un proyecto de negocios, etc..) en fin, para cualquier actividad productiva, siempre y cuando haya sido cubierto el riesgo de liquidez. Recordemos que la Inversión es el empleo de nuestro ahorro en una actividad de negocios o un instrumento financiero con el objetivo de aumentarlo. Eso es a lo que debemos siempre aspirar. Usar parte de nuestra regalía, para acumular recursos para un futuro proyecto de inversión.
  
 La inversión puede ser aquella idea de negocios que hace tiempo se  desea implementar. El emprendurismo siempre será una opción factible de inversión. Pero también puede ser la realización de un diplomado, especialidad o post-grado que aumente su cotización como profesional en un mercado laboral cada vez más competitivo. Por otro lado, la adquisición inteligente de activos fijos, como una casa, apartamento o un buen vehículo, también son ejemplos de inversiones cuando se hacen concienzudamente. Por otro lado, la República Dominicana ya cuenta con una Bolsa de Valores donde invertir recursos en instrumentos de renta fija con rendimientos más atractivos que los depósitos tradicionales. Cualquiera que sea su idea de inversión, siempre consulte con un asesor financiero serio, preferiblemente de su entorno.
   
En este sentido aléjese de inversiones peligrosas como algunos sanes múltiples chabacanos que pululan por ahí o esquemas financieros fraudulentos como el fraude piramidal o esquemas Ponzi. Nunca se deje llevar por los efectos de la ilusión monetaria. Recuerde, no todo lo que brilla es oro.
   
Sin embargo, para poder acumular recursos después de la odisea pascual hay que ajustarse a una estricta disciplina financiera. Se debe reducir la “colección” de tarjetas de crédito. A menor cantidad de ellas, menor será la tentación de usarlas imprudentemente. Recomiendo quedarse con dos, una oficial y otra de emergencia, para eventualidades. Utilícela correctamente, pues es un excelente medio de pago si se sabe usar.
   
Para empezar con buen pie la época post navideña y el nuevo año, es imprescindible realizar un presupuesto realista donde se contemplen sus ingresos mensuales y pueda realizar una distribución eficiente de sus gastos para tener una mejor visión de su condición financiera. Un buen presupuesto, siempre debe incluir un porcentaje para ahorro y futuras inversiones. Si usted es de las personas que sufre de “consumitis aguda” y de “endeudamiento crónico”, busque ayuda de un buen consultor financiero para que inicie un proceso de higienización financiera.
    
Los presupuestos son como las promesas de ponerse a dieta cada año, si desea verdaderos resultados, debe tener voluntad para llevarlo a cabo y nunca desistir. En la red, puede encontrar una gran variedad de hojas electrónicas para su presupuesto.     

       
Busque una que se ajuste a su necesidad y circunstancias. Recuerde que el éxito en la ejecución de su presupuesto, es ser disciplinado y nunca caer en el error de la flexibilización. Con el tiempo, verá los resultados, podrá cubrir su riesgo de liquidez y con sus frutos podrá iniciar aquella inversión que siempre quiso desarrollar.