Estimados Reyes de Oriente,
espero que esta misiva nos les resulte demasiado pretenciosa y que mis pedidos
no abrumen el extenso camino que deben de recorrer. Sepan que les escribo desde
una pequeña pero hermosa isla del caribe, agobiada desde sus orígenes por
múltiples vicisitudes y en este sentido recurro a su inmensa benevolencia para
que nos ayuden a apaciguarlas. El hecho de que podamos solucionar una parte de
nuestros problemas, sería un buen regalo de reyes.
Les pido una sociedad más justa,
con igualdad de oportunidades para todos y que las grandes desigualdades socio
económicas existentes empiecen a reducirse. Según Joseph Stiglitz, en su último
libro, demuestra esta triste realidad: “el 1% de la población tiene lo que el
99% necesita”. Ahh, por cierto, Stiglitz en un premio Nóbel de Economía y un
economista bastante sensato, que debería ser escuchado y leído más por muchos
gobiernos incluyendo el nuestro.
Les pido una sociedad con mayor
conciencia financiera. Que los dominicanos aprendamos a vivir hasta donde la
sábana nos dé. Que el Ahorro, la Planificación, el Consumo Inteligente y las
buenas inversiones son las mejores herramientas para una verdadera tranquilidad
financiera personal y familiar.
Sueño con un país donde el Arte y
la Cultura estén impregnados en el corazón y la mente de mis conciudadanos. Que
existan programas culturales y se fomente el arte en todas las provincias del
país. Que existan más museos y bibliotecas y menos bancas de apuestas, que haya
más centros culturales que cabarets, más espacios de esparcimiento que
burdeles. Deseo un país con una programación televisiva de mayor calidad, donde
se fomente el pensamiento crítico y no la chabacanería y el mal gusto. Que
nuestros principales programas de “entretenimiento” tienen un contenido vacío y
lleno de mujeres con cuerpos exuberantes pero con cerebro de aserrín.
Pido vivir en un país donde se
respete el espacio ajeno. Para esto es necesaria una nación plenamente educada,
con un sistema educativo eficiente, responsable y lejos de cualquier atisbo de
intereses particulares. Un sistema con un esquema de libros de textos estable y
de calidad, que cumplan su objetivo de instruir, no el negocio rastrero que hay
ahora de cambiarlos todos los años para beneficiar a un grupo vagabundos. Todos los que estudiamos con el Algebra de
Baldor y el libro de Historia de las Civilizaciones me entenderán.
En este sentido, deseo un país
donde sus ciudadanos respeten las señales de tránsito, que este país parece un
circo. Que se impongan duras sanciones a quienes se pasen un semáforo rojo,
transiten en vía contraria o se estacionen en lugares prohibidos. Este es un
país de energúmenos al volante, kamikazes de la conducción, pelafustanes
insensatos desprovistos de cualquier tipo de vergüenza o escrúpulo al manejar.
Y lo peor, que la autoridad llamada a organizar este desorden funciona más como
un ente de recaudación que como estamento de control.
Estimados Reyes Magos, ya no hay
que ver películas de John Wayne o Clint Eastwood para saber lo que es el Viejo
Oeste. Lo vivimos cada día, en carne propia. Nuestros niveles de delincuencia
han tenido una progresión geométrica. Por ello, deseo una nueva Policía Nacional,
que pueda recurrir a la más alta tecnología para hacer cumplir su deber. Deseo
oficiales mejor remunerados, pero también mejor capacitados. Necesitamos un
cambio en las leyes que permitan sentencias más contundentes y castigos más
severos, con jueces y fiscales más eficientes y dotados de todos los recursos necesarios
para su accionar.
También les pido mejores leyes
que protejan a nuestras mujeres de la violencia doméstica, que este es un país
de machistas cobardes. Sólo se están tomando medidas de reacción al problema,
pero quizás podamos hacer más creando medidas de prevención a etapas tempranas,
como centros especializados en terapia familiar en nuestros barrios y una
policía especializada en el tema. Además, tal como vi recientemente en la
televisión, la adquisición de tecnología para detectar el accionar de estas
“bestias”. La vida de una sola mujer vale más que cualquier inversión en esos
costosos mecanismos.
Finalmente, y tal vez más difícil
de todas mis peticiones, es el nacimiento de una nueva clase política. La
actual se ha olvidado del pueblo. Han usado este país como si fuese un rancho
de su propiedad, saqueando inmisericordemente sus riquezas y sometiendo aposta
a sus ciudadanos a la más terrible ignorancia para detener toda capacidad de
reacción y protesta. Han neutralizado nuestros cerebros manteniendo vacío
nuestros estómagos. Deseo un país con mayor disponibilidad de empleos,
fomentando el desarrollo de las PYMES y el espíritu emprendedor, que abunda en
nuestros lares.
Por último, deseo que sea
extirpado el flagelo de la Corrupción y su hermana gemela la Impunidad. Solo
hay que ver los programas serios de investigación periodística para darnos
cuenta de la gran cantidad de funcionarios ineptos, rastreros y sobretodo
corruptos, donde sus fechorías han sido desnudadas a la luz, y no han sido sometidos a la justicia. Así
nunca vamos a salir adelante. Nuestro políticos, en su inmensa mayoría, huelen
a podrido en el olfato inquisidor de la Opinión Pública.
Este 2013, específicamente el 28
de agosto, se cumplen 50 años del célebre discurso de Martin Luther King donde
propugnaba por una sociedad igualitaria y armoniosa entre blancos y negros.
Decía en aquel entonces: “Yo tengo un sueño”.
Todos tenemos derecho a soñar con un mejor porvenir.
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