martes, 6 de noviembre de 2012

La Era del Endeudamiento. Martes 6 de Noviembre.

LA ERA DEL ENDEUDAMIENTO

Anteriormente, los bancos prestaban dinero a las empresas, las cuales utilizaban este apalancamiento para obtener ganancias provenientes del consumo de sus productos, con esos recursos honraban el crédito y los excedentaes eran reinvertidos. Los bancos por su parte, esperaban tranquilamente a que sus clientes les pagaran el préstamo en el tiempo estipulado cobrando los intereses. Esto era parte del Capitalismo tradicional y la Economía productiva.
   
Con la desregularización de los mercados en el segundo quinquenio de los noventa, esto empezó a cambiar. Los bancos empezaron a asumir riesgos mayores, colocando a granel créditos de escasa calidad, con el fin de empaquetarlos y venderlos, obteniendo así grandes ganancias en muy corto plazo. Como el negocio era muy bueno, las empresas comerciales también incursionaron en el negocio financiero. Ya no sólo se limitaban a vender sus productos, ahora también lo financiaban. Es la época del Capitalismo destructivo, ya que atenta contra la sostenibilidad de los sectores productivos.
   
Un sector donde este nueva corriente encontró caldo de cultivo ha sido el sector inmobiliario. La mayor parte de los préstamos basura fueron hipotecas sustentadas en una enorme burbuja inmobiliaria, que como un tsunami su explosión en 2008 estremeció los cimientos de la economía norteamericana. Estas mismas prácticas espurias fueron adoptadas en Europa, con los mismos fatídicos resultados. La especulación, la avaricia y el sobreendeudamiento, son la nueva columna vertebral de un nuevo capitalismo, más despiadado.
   
Sus consecuencias la estamos viviendo hoy en día, donde encontramos países, hace unos años prósperos, ahora sumidos en una terrible espiral de pobreza y desempleo. Esta nueva corriente ha fomentado a las familias a querer vivir por encima de sus posibilidades a través del financiamiento masivo. Antes, poseer una tarjeta de crédito, era algo para un grupo exclusivo, ahora prácticamente te las ponen en los bolsillos. La idea: ganar dinero a corto plazo y luego ya veremos. La planificación financiera, piedra angular de la cotidianeidad de nuestros padres y abuelos, ha sido echada a un lado, para dar paso al consumismo extremo.
   
Somos todos los días bombardeados por campañas promocionales que nos convencen de vivir en la opulencia, aunque después tengamos que “tragarnos un cable”. Los valores del ahorro, el consumo inteligente, la prudencia financiera y las inversiones sanas, están siendo desplazados de nuestro entorno de vida, por una cultura consumista, que nos hace ser personas inconformes y desdichadas. Todo el mundo quiere tener las más grandes comodidades y tecnologías, al precio que sea, aunque tengamos que hipotecar nuestras vidas.
   
Estudios realizados han demostrado que en los Estados Unidos, los hogares gastaron más en el pago de intereses de tarjetas de crédito y cuotas de préstamos, que en comida y vestimenta, en la época de la burbuja inmobiliaria. En el Reino Unido, la deuda de las familias llegó a ser del 165% del ingreso disponible. Esto quiere decir, que si una familia producía 1,000 libras al mes, pagaba deudas por un monto de 1,650 libras.
   
La falta de políticas sociales certeras de los gobiernos, ha ocasionado que las familias tengan que recurrir a la financiación para cubrir sus costos de salud, techo y educación. Conocedores de esto, las empresas del sector productivo, lanzan el anzuelo del financiamiento para captar clientes, que no son más que familias necesitadas, a las cuales cobran intereses despiadados.
   
Como vemos, hoy en día todo puede ser financiado, desde la matrícula escolar de nuestros hijos, nuestras vacaciones, el vehículo, la casa, el reloj, la pulsera de oro, el stereo, la laptop, el Iphone, el juego de muebles, la maestría, los libros, la compra de supermercado, el regalo de boda o bautizo, etc, etc, etc.
   
Todo lo que hacemos en nuestra vida, nos traerá consecuencias. Como dice Enrique Bunbury, en una de sus canciones poco conocidas: “las consecuencias son, inevitables”. Estamos viviendo tiempos de poco criterio financiero, donde el tener está imponiéndose al ser. Hay que tener la suficiente madurez para reconocer, que no podemos poseerlo todo, que se es más feliz reconociendo lo que se tiene, que amargarnos la vida, por lo que el otro tenga (seguramente financiado). Este es el nuevo mundo que nos ha tocado vivir, el de la Era del Endeudamiento. Sólo depende de nosotros, dar un giro diferente a esta tendencia.

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