En un mundo donde el negocio
bancario se encuentra desacreditado como consecuencia de las desavenencias
crediticias de los principales grupos bancarios a través del otorgamiento
indiscriminado de créditos basura, los cuales motivados por la codicia y la
desregulación fueron empaquetados y vendidos como productos de alta calidad,
que desencadenaron en la peor crisis financiera desde la Gran Depresión, emerge
la figura de Don Emilio Botín. La semana pasada el sector financiero mundial se
sorprendía tras el fallecimiento de uno de sus más grandes banqueros, capaz de
convertir un pequeño banco familiar en uno de los tres más grandes del mundo y
principal entidad financiera de la Eurozona, el gran Banco Santander.
Don Emilio Botín fue el
continuador de una gran dinastía de banqueros. Nacido en Octubre de 1931, fue
bisnieto, nieto, sobrino, hijo, hermano y padre de banqueros. Ingresó al Banco
Santander en 1958, seis años después entra al directorio general y para 1986
asume la presidencia del banco en sustitución de su padre.
Durante su gestión, esta entidad inicia
un despegue impresionante que lo ha convertido hoy en uno de los tres grupos
financieros más importantes del mundo. Con una capitalización bursátil de 90,000
millones de euros, se concentra en su expansión internacional, adquiriendo o
fusionándose con otras entidades como el Royal Bank of Scotland, los bancos
gringos First Union y el Abbey National Bank.
A nivel nacional, en 1994 el
Santander adquiere en subasta pública el Banco Español de Crédito, el
tristemente célebre BANESTO y en 1999 se fusiona con el Banco Central Hispano,
para formalizar lo que actualmente conocemos como Banco Santander. También son
muy conocidas sus inversiones estratégicas en Argentina, Brasil, Chile, México
y Venezuela. El Grupo Santander es la
primera franquicia internacional en esta región.
Don Emilio Botín, nacido en
Santander, capital cántabra, estudió Derecho y Economía en la Universidad de
Deusto. En el País Vasco conoce a su esposa, Paloma O´shea con la cual procrea
seis hijos. Era un amante de los deportes, a los que la entidad constantemente
patrocinaba, como el equipo de fórmula uno de Fernando Alonzo. Era amante del
golf y la buena comida. Obviamente, era una de las personas más influyentes de
España y se preocupaba por mantener contactos con políticos, economistas,
periodistas, artistas y periodistas.
En términos políticos, se manejó
con mucha cautela, respaldando siempre a los cuatro presidentes de gobierno con
los que convivió y nunca criticó. Uno de sus libros preferidos era el Arte de
la Guerra de Sun Tzu, el cual muchas de sus enseñanzas las aplicaba en sus
estrategias de negocios: “el que ocupa el terreno primero y espera al enemigo
tiene la posición más fuerte. El que llega más tarde y se precipita al combate
está ya debilitado”.
Botín, un banquero de los que ya
escasean, siempre con su estilo de combinar sus trajes con corbatas rojas, en
un acto de plena identificación con los colores del banco. Era un banquero
temido, con un concepto del negocio de conquistar nuevos mercados de manera
agresiva. Con este estilo logró construir un imperio bancario que llegó a ganar
9,060 millones de euros en 2007, antes de la debacle financiera del 2008,
cuando todos los bancos se vieron obligados a provisionar por los riesgos
consecuentes de la alta exposición del negocio inmobiliario.
Pero la dinastía sigue, su hija
mayor, Ana Patricia Botín asume el control del banco tras una reunión del
Consejo de Administración que la seleccionó a unanimidad. De 53 años se
convierte de por sí, en una de las mujeres más poderosas del mundo. Egresada de
Harvard, tiene una vasta experiencia internacional y gran conocimiento del
negocio. Vamos a ver que depara el futuro para este gigante bancario español.
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