Brasil, el gigante sudamericano,
miembro de los países BRICS, considerados como las economías emergentes, atraviesa
un muy mal momento. Además de la desastrosa participación en su propio mundial,
donde fueron humillados por la campeona Alemania, han entrado en recesión
económica.
Como dice la popular de canción
de Juan Luis Guerra, la guagua carioca va en reversa. Los datos divulgados la
semana pasada informan que Brasil ha entrado en lo que se conoce como recesión
técnica, o sea, dos trimestres con crecimiento negativo. De Enero a Marzo, la
economía retrocedió un 0.2% y de Abril a Junio un 0.6%. Aunque el retroceso no
es alto, apenas debajo del 0%, lo que preocupa es que desde 2008 el PIB nunca
había caído, cuando la crisis financiera hizo temblar las finanzas mundiales.
Además, esta recesión cae en muy
mal momento para la presidenta Dilma Rousseff quien persigue la reelección
apenas restando mes para la celebración de las elecciones, que se antojan de
por sí muy reñidas ante la presión del Partido Socialista y su candidata Marina
Silva.
Las autoridades financieras
brasileñas no han perdido el tiempo en echar paños tibios y buscan simplificar
la situación bajo una serie de argumentaciones, una de ellas, su propio
Mundial.
El responsable de la cartera de
Hacienda, El Sr. Guido Mantega ha argumentado que el país está en una especie
de “slump” como se dice en el argot pelotero. Ha mencionado que más pronto que
nunca el país recuperará el terreno perdido y que terminará este 2014 con un
PIB en crecimiento.
Según el Ministro Mantega, este
parón se debe en parte a la falta de impulso de la economía mundial que no
acaba de salir de la crisis provocada por el desaguisado inmobiliario del 2008
y a la crisis energética provocada por la fuerte sequía que afecta a grandes
porciones del país. Pero lo que más nos llama la atención es lo que se refiere
al pasado Mundial celebrado en Brasil, una pesadilla que el pueblo difícilmente
olvidará.
Según las autoridades, la
proliferación de demasiados días de fiesta otorgados por ayuntamientos y el
propio Estado durante la Copa el Mundo ha incidido en la recesión. Me parece
una gran contradicción, que un evento de este tipo, donde se han
(supuestamente) invertido millones en infraestructura y estadios, que debiera
dinamizar el consumo y la economía local, sea causa de una recesión.
No hubo copa en Brasil. Así reza
el encabezado de un editorial del periódico El País. La situación ha dado la
razón a aquella mitad del país que protestó por las ingentes cantidades de
dinero que se gastaron en este mundial. Aun así, se espera que en un evento de
esta magnitud, donde se movilizan una gran cantidad de turistas, donde una gran
maquinaria industrial y comercial es puesta en funcionamiento, debiera
estimular fuertemente una economía.
Pero no ocurrió así esta vez.
Hubo demasiados días feriados. Se promocionó más de lo debido la juerga, según
las autoridades económicas del país. Entonces, ¿por qué se dieron tantos días
libres?. La respuesta se ubica en que al faltar algunas obras de
infraestructura para la movilización (puentes, metros, carreteras, líneas de
autobuses) en cada una de las sedes, evidentes atrasos que se conocían, el
gobierno temió que el tráfico aumentara el caos urbano y con ello las
manifestaciones de violencia y actos de vandalismo, decidieron mandar a todo
el mundo para su casa!
Como si esto fuera poco, otro
gran reto espera a este gran país: Las Olimpíadas del 2016!!!!. Veremos qué
pasa!
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