miércoles, 21 de agosto de 2013

Danilo: Un año después.



Hace un año exactamente nacía una nueva esperanza para el pueblo dominicano con la asunción al poder del Sr. Danilo Medina. Transcurrido todo este tiempo podemos sacar algunas conclusiones. Este gobierno se ha caracterizado por dar un matiz totalmente diferente al de su antecesor Leonel Fernández. El nuevo gobierno de Danilo tiene un rostro mucho más humano y una actitud más humilde. Es un presidente sencillo y audaz, que sabe escuchar, que sabe reflexionar y que asume una actitud firme a la hora de tomar decisiones. La puntualidad se ha vuelto una costumbre bastante positiva.

Sus acostumbradas visitas no programadas a diversas comunidades del país, procurando dar esperanza y oportunidades al productor nacional, así como su firme postura ante el caso de la Barrick Gold, le ha hecho ganarse el respaldo de la opinión pública. Así mismo, su programa de alfabetización ha estado dando buenos resultados hasta el momento.

Sin embargo, su administración aún dista de logros estructurales y significativos. Para empezar, es ya de urgencia nacional el remozamiento y reestructuración de la Policía Nacional. Para nadie es ya un secreto que la delincuencia se ha adueñado del sosiego de la sociedad dominicana. No sé si reírme o ponerme a llorar cuando escucho en algunos medios que la delincuencia ha disminuido significativamente. Sólo basta escuchar los principales programas de radio para darse cuenta de que vivimos inmersos en una espiral de violencia, donde cualquiera de nosotros puede ser atracado en cualquier momento. A este gobierno le ha faltado voluntad para decidir y programar una profunda y sincera  purificación de la uniformada.

Algo que le ha estado haciendo mucho daño a este gobierno, es lo relacionado al triste tema de la corrupción. El presidente Medina falta a su palabra cuando dijo que sólo por el rumor público cancelaría a funcionarios públicos involucrados en asuntos de corrupción. Hasta el día de hoy no hemos visto el primer despido, cuando a través de la televisión han sido presentados varios casos muy elocuentes de flagrantes actos de corrupción, como los casos de desviación de fondos en CONANI y las sonoras metidas de pata del Ministro de la Juventud, por sólo mencionar dos. A esto, la mutis permanente ante las serias denuncias que pesan sobre varios exfuncionarios de la gestión pasada. 

En este sentido, gran parte de la población entiende que el actual gabinete debe ser renovado, con personas más comprometidas con el bien del país y no con intereses particulares. Una de las primeras decepciones, fue que un alto porcentaje del tren gubernamental proviene de la gestión pasada, con funcionarios muy corroídos y desenchufados de la problemática nacional. 

A pesar de que fue aprobado el tan deseado 4% por la Educación, aún es muy largo y pedregoso el camino para lograr niveles óptimos de gestión. Este es un país donde abunda la mala educación, donde cada quien hace lo que le da la gana, pues entiende que no le traerá consecuencias. Por eso es que nos pasamos los semáforos en rojo, manejamos en vía contraria, no queremos adherirnos a las normas establecidas, faltamos el respeto, gritamos, tocamos bocinas como locos, arrasamos con todo en los hoteles y un larguísimo etcétera.

Todavía está pendiente la tan ansiada solución del problema energético. El nuevo administrador Bichara está planteando algunas soluciones, que por la envergadura del problema tomará tiempo ver sus verdaderos efectos. Así mismo, los niveles de desempleo siguen muy altos, y eso que el gobierno contempla (indebidamente) en su cálculo el empleo informal o “chiripeo” que si no……….

En términos económicos, la implementación despiadada de la reforma fiscal aprobada en 2012 afectó considerablemente la actividad económica para inicios de este año. La actitud austera implementada desde agosto del 2012, ha tenido que ser desmontada a través de agresivas medidas de política expansiva, siendo la de mayor impacto la liberación de un porcentaje del encaje legal. Gracias a estas medidas, se ha logrado un crecimiento del 2.8% en el segundo trimestre del año. Sin embargo, a pesar de los programas de apoyo a las PYMES el porcentaje de los créditos dirigidos a este sector, distan mucho de ser impactantes.

Por otro lado, una gran parte de la población vive aún por debajo del umbral de la pobreza y la brecha de desigualdad social sigue expandiéndose. Esto es algo que el gobierno anterior siempre quiso minimizar a través de la presentación de indicadores macroeconómicos basados en el crecimiento del PIB, que no refleja (para nada) los niveles de desarrollo económico, bienestar e igualdad de condiciones y oportunidades. Seguimos siendo un país donde los ricos se hacen cada día más ricos, los pobres cada vez más pobres y la clase media, una especie en extinción.

Soy de los que creo fervientemente en las muy buenas intenciones del presidente Medina. Apoyo su deseo de alejarse de la mala imagen dejada por la administración pasada. Pero con buenos deseos y buenas intenciones no se solucionan los más grandes problemas de nuestro país. Por ello es que su gestión debe empezar ya a ser contundente, de pasar de los saltitos a los grandes saltos, aquellos que requieren más determinación y coraje. Manos a la obra!!!

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