La República de Chipre es un pequeño país euroasiático miembro de la
Unión Europea, que apenas tiene un territorio de 9,250 metros cuadrados y
casi un millón de habitantes.
Sin embargo, esta isla es un Estado que sólo controla dos tercios de su territorio, ya que la parte norte fue ocupada por Turquía en 1974, donde fue instaurada la República Turca del Norte de Chipre. La isla de Chipre se encuentra en el mar Mediterráneo, a 113 km al sur de Turquía.
Sin embargo, desde el punto de vista geográfico Chipre pertenece al suroeste asiático, pero desde el punto de vista político y cultural se le considera parte de Europa. Su capital es Nicosia. Cuando se pensaba tal vez que las cosas en la Unión Europea empezaban a encaminarse, el pasado sábado, lo que se conoce como la Troika (Fondo Monetario Internacional, La Comisión Europea y el Banco Central Europeo), el gran dragón de tres cabezas de las finanzas del Viejo Continente, imponía a Chipre un rescate por 10,000 millones de Euros a cambio de drásticas medidas de ajuste que incluye fuertes impuestos a los ahorros, un “corralito” parcial y temporal a los depósitos, congelación a las transferencias, un aumento hasta el 12.5% del impuesto a sociedades, además de los ya conocidos recortes al gasto.
Chipre, un país prácticamente quebrado por las imprudencias de sus banqueros irresponsables y codiciosos, aunado a autoridades mediocres, tiene un agujero en sus arcas de 18,000 millones de Euros. Para cubrir ese hoyo, se propone la ayuda de 10,000 millones Euros en forma de un préstamo cuyos fondos provendrán de los miembros de la Unión Europea. Así mismo, para acceder a estos fondos, el nuevo gobierno conservador de Nikos Anastasiadis, debe buscar 5,800 de Euros.
Para recaudar estos “chelitos” se ha impuesto al país un gravamen o quita (como se le dice en Europa) de un 6.75% para depósitos por debajo de los 100,000 Euros y de 9.9% para depósitos por encima de este monto. Por otro lado, se establece un sistema de restricción al retiro de efectivo, aunque en esta ocasión de manera parcial y temporal.
Esto quiere decir que la cantidad máxima que un ciudadano chipriota puede retirar de los cajeros automáticos será de 1,000 Euros al día. Además se le prohíbe a los bancos realizar pagos y transferencias en el país y en el extranjero con el fin de evitar fugas de capitales.
Recordemos que el término “corralito” se usó por primera vez en la crisis Argentina del 2001, cuando el régimen nefasto de Fernando De La Rúa impuso una restricción al retiro de dinero en efectivo de los plazos fijos, cuentas de ahorros y cuentas corrientes con el fin de evitar la fuga de capitales. Al final, salió más cara “la sal que el chivo”. Entre el pasado lunes y martes, los Ministros de Finanzas de la Eurozona, realizaron varias conferencias telefónicas con el objeto de “suavizar” las medidas adoptadas.
En este sentido Nicosia propone rebajar hasta el 3% el impuesto a los ahorros debajo de los 100,000 Euros e incrementarlo al 12.5% para los superiores. También se contempla un 15% a los depósitos por encima de 500,000 Euros y nada de impuestos a los de menos de 20,000.
Esto con el fin de no afectar a los pequeños ahorrantes. Es bueno mencionar que Chipre es un país muy pequeño que cuenta con bancos muy grandes y que se ha convertido en una especie de paraíso fiscal para el blanqueo de capitales provenientes básicamente de Rusia. Una quinta parte de los 70,000 millones de Euros depositados desde el exterior pertenece a ciudadanos y/o empresas rusas, que vieron en las altas rentabilidades ofrecidas por los bancos chipriotas puerto atractivo a su dinero.
Este paquete de medidas que hace de Chipre el cuarto país europeo en ser rescatado, detrás de Grecia, Portugal e Irlanda (recordemos que la ayuda a España fue sólo a su sistema bancario) ha llenado de indignación y pánico a sus ciudadanos, quienes hicieron largas filas el pasado fin de semana en los cajeros automáticos para poder sacar sus ahorros. Así mismo, se encendieron las alarmas en los mercados europeos, la prima de riesgo de España e Italia se incrementaron debido al miedo de contagio por las restricciones al efectivo y las “quitas” a los ahorros.
Estas medidas, nunca vistas hasta ahora en Europa, han creado gran preocupación y rompe con el paradigma de que los depósitos hasta 100,000 Euros están garantizados, y aviva el riesgo sistémico en los países aledaños. Según los analistas del banco de inversión Morgan Stanley “la tasa impuesta a los ahorros es un precedente preocupante con potenciales consecuencias sistémicas si los depositantes en otros países periféricos temen un tratamiento similar en el futuro”. Además otros analistas recuerdan que las medidas llegan en mal momento para Italia, que no logra formar un gobierno y para España, por los escándalos de corrupción que salpican al mismísimo Rajoy.
Para poder dar curso a estas medidas, el gobierno chipriota debe presentar un proyecto de ley que debe ser aprobado por al menos 29 de los 56 diputados. En la noche del pasado martes, el proyecto fue rechazado, 36 votos en contra y 19 abstenciones, lo que acrecienta aún más la incertidumbre sobre el destino económico del país. Lamentablemente, una triste reflexión sobre este caso, es que cada vez es más frecuente el uso de gravámenes a los ahorros del pueblo, con el fin de “pagar los platos rotos” de políticos incompetentes y banqueros sinvergüenzas.
El ahorro, un mecanismo de creación de riqueza prácticamente sagrado, producto del sudor del trabajo del pueblo, es una vez más “profanado” para solucionar imbecilidades cometidas por personajes oscuros y rastreros que pululan en nuestras sociedades, sin que las autoridades y los organismos regulatorios hagan algo al respecto.
Sin embargo, esta isla es un Estado que sólo controla dos tercios de su territorio, ya que la parte norte fue ocupada por Turquía en 1974, donde fue instaurada la República Turca del Norte de Chipre. La isla de Chipre se encuentra en el mar Mediterráneo, a 113 km al sur de Turquía.
Sin embargo, desde el punto de vista geográfico Chipre pertenece al suroeste asiático, pero desde el punto de vista político y cultural se le considera parte de Europa. Su capital es Nicosia. Cuando se pensaba tal vez que las cosas en la Unión Europea empezaban a encaminarse, el pasado sábado, lo que se conoce como la Troika (Fondo Monetario Internacional, La Comisión Europea y el Banco Central Europeo), el gran dragón de tres cabezas de las finanzas del Viejo Continente, imponía a Chipre un rescate por 10,000 millones de Euros a cambio de drásticas medidas de ajuste que incluye fuertes impuestos a los ahorros, un “corralito” parcial y temporal a los depósitos, congelación a las transferencias, un aumento hasta el 12.5% del impuesto a sociedades, además de los ya conocidos recortes al gasto.
Chipre, un país prácticamente quebrado por las imprudencias de sus banqueros irresponsables y codiciosos, aunado a autoridades mediocres, tiene un agujero en sus arcas de 18,000 millones de Euros. Para cubrir ese hoyo, se propone la ayuda de 10,000 millones Euros en forma de un préstamo cuyos fondos provendrán de los miembros de la Unión Europea. Así mismo, para acceder a estos fondos, el nuevo gobierno conservador de Nikos Anastasiadis, debe buscar 5,800 de Euros.
Para recaudar estos “chelitos” se ha impuesto al país un gravamen o quita (como se le dice en Europa) de un 6.75% para depósitos por debajo de los 100,000 Euros y de 9.9% para depósitos por encima de este monto. Por otro lado, se establece un sistema de restricción al retiro de efectivo, aunque en esta ocasión de manera parcial y temporal.
Esto quiere decir que la cantidad máxima que un ciudadano chipriota puede retirar de los cajeros automáticos será de 1,000 Euros al día. Además se le prohíbe a los bancos realizar pagos y transferencias en el país y en el extranjero con el fin de evitar fugas de capitales.
Recordemos que el término “corralito” se usó por primera vez en la crisis Argentina del 2001, cuando el régimen nefasto de Fernando De La Rúa impuso una restricción al retiro de dinero en efectivo de los plazos fijos, cuentas de ahorros y cuentas corrientes con el fin de evitar la fuga de capitales. Al final, salió más cara “la sal que el chivo”. Entre el pasado lunes y martes, los Ministros de Finanzas de la Eurozona, realizaron varias conferencias telefónicas con el objeto de “suavizar” las medidas adoptadas.
En este sentido Nicosia propone rebajar hasta el 3% el impuesto a los ahorros debajo de los 100,000 Euros e incrementarlo al 12.5% para los superiores. También se contempla un 15% a los depósitos por encima de 500,000 Euros y nada de impuestos a los de menos de 20,000.
Esto con el fin de no afectar a los pequeños ahorrantes. Es bueno mencionar que Chipre es un país muy pequeño que cuenta con bancos muy grandes y que se ha convertido en una especie de paraíso fiscal para el blanqueo de capitales provenientes básicamente de Rusia. Una quinta parte de los 70,000 millones de Euros depositados desde el exterior pertenece a ciudadanos y/o empresas rusas, que vieron en las altas rentabilidades ofrecidas por los bancos chipriotas puerto atractivo a su dinero.
Este paquete de medidas que hace de Chipre el cuarto país europeo en ser rescatado, detrás de Grecia, Portugal e Irlanda (recordemos que la ayuda a España fue sólo a su sistema bancario) ha llenado de indignación y pánico a sus ciudadanos, quienes hicieron largas filas el pasado fin de semana en los cajeros automáticos para poder sacar sus ahorros. Así mismo, se encendieron las alarmas en los mercados europeos, la prima de riesgo de España e Italia se incrementaron debido al miedo de contagio por las restricciones al efectivo y las “quitas” a los ahorros.
Estas medidas, nunca vistas hasta ahora en Europa, han creado gran preocupación y rompe con el paradigma de que los depósitos hasta 100,000 Euros están garantizados, y aviva el riesgo sistémico en los países aledaños. Según los analistas del banco de inversión Morgan Stanley “la tasa impuesta a los ahorros es un precedente preocupante con potenciales consecuencias sistémicas si los depositantes en otros países periféricos temen un tratamiento similar en el futuro”. Además otros analistas recuerdan que las medidas llegan en mal momento para Italia, que no logra formar un gobierno y para España, por los escándalos de corrupción que salpican al mismísimo Rajoy.
Para poder dar curso a estas medidas, el gobierno chipriota debe presentar un proyecto de ley que debe ser aprobado por al menos 29 de los 56 diputados. En la noche del pasado martes, el proyecto fue rechazado, 36 votos en contra y 19 abstenciones, lo que acrecienta aún más la incertidumbre sobre el destino económico del país. Lamentablemente, una triste reflexión sobre este caso, es que cada vez es más frecuente el uso de gravámenes a los ahorros del pueblo, con el fin de “pagar los platos rotos” de políticos incompetentes y banqueros sinvergüenzas.
El ahorro, un mecanismo de creación de riqueza prácticamente sagrado, producto del sudor del trabajo del pueblo, es una vez más “profanado” para solucionar imbecilidades cometidas por personajes oscuros y rastreros que pululan en nuestras sociedades, sin que las autoridades y los organismos regulatorios hagan algo al respecto.
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