Es muy probable que el nombre de
Stéphane Hessel no sea muy conocido en nuestro país pero este gran hombre ha
sido uno de los más grandes inspiradores socio culturales de los últimos
tiempos. Fue autor del pequeño pero genial libro Indignez-vous!! (Indignaos) que
fuera la chispa motivadora de los movimientos de protesta pacífica, tanto en España,
Grecia y otras partes de Europa. Fue uno de los principales actores de la
Resistencia contra los Nazis, gran humanista y diplomático, fue un gran
defensor de los Derechos Humanos y la Libertad.
Nació en Berlín en 1917, miembro
de una familia judío-alemana que se instaló en París en 1925. De padre escritor
y madre pintora, se hizo ciudadano francés en 1937, convirtiéndose en un gran
activista tomando cursos con Maurice Merleau-Ponty y leyendo los libros de
Jean-Paul Sartre. En 1941 se enroló en la Resistencia francesa como agente
secreto, bajos las órdenes del General Charles de Gaulle. En 1944 fue atrapado
por la Gestapo y enviado a un campo de concentración, donde fue torturado. Sin
embargo, logra escapar gracias a un cambio de identidad para sumarse a las
tropas norteamericanas que entraron en París en 1945.
Una vez terminada la Segunda
Guerra Mundial inicia su carrera como diplomático y viaja a Nueva York, donde
coordinó la redacción de la Declaración de los Derechos Humanos que fueron
aprobados en 1948. Ha servido como mediador en muchos conflictos nacionales e
internacionales y se convierte en un símbolo del Humanismo y la Justicia
Social.
Ha trabajado como embajador a las
órdenes del gran François Miterrand, galardonado con la Legión de Honor por
Jacques Chirac, siempre obró con humildad, sin dejarse arropar por los honores
concedidos. En 2012 apoyó a François Hollande, por sus intenciones de un cambio
político en Francia.
A pesar de ser un hombre bastante
mayor, se mantuvo viajando concediendo entrevistas y dando conferencias. De
mente muy abierta, espíritu noble y alma aventurera, con una inteligencia
mayúscula y gran amante de la cultura, fallece el pasado 27 de febrero a los 95
años de edad.
Su obra Indignez-vous!! (Indignaos!!),
se ha convertido en un impresionante éxito. Este libro de tan sólo 32 páginas
es uno de los principales referentes de los movimientos de jóvenes indignados
en Europa. Fue escrito en Francia en
Diciembre del 2010, donde ha vendido hasta el momento tres millones de ejemplares.
Así mismo, se ha traducido a varios idiomas en más de treinta países.
La versión en español se editó en
febrero del 2011 de la cual se han vendido más de quinientos mil ejemplares.
Aunque el libro está basado en la problemática de la política francesa, sirvió
como catalizador para el movimiento de los indignados en España mejor conocido
como 15-M. La obra fue el referente que dio el nombre de Indignados para los
miles de jóvenes que desde el 15 de mayo del 2011 se han manifestado en las
calles españolas en contra de la crisis financiera y el desempleo.
El libro promulga la rebelión
pacífica contra las injusticias sociales, sirvió para dar aliento y fortaleza a
las reivindicaciones de los manifestantes. El mensaje, simple y llano, refleja
la indignación producida por la pérdida de los valores y la degradación de
nuestro sistema socio-político. Con su obra, Hessel, solicita a nuestros
jóvenes no ser indiferentes y les anima la movilización pacífica.
Otras obras de Hessel son sus
memorias “Mi baile con el siglo”, “El Camino de la Esperanza” y “Comprometeos”,
una especie de segunda parte de “Indignaos”. Aún en edición se encuentra su
último libro No os Rindáis: Con España, en la frontera por la Libertad y el Progreso, que
sigue el mismo modelo de “Indignaos”, muestra una posición muy dura sobre cómo
se está haciendo las cosas y llama a la juventud a implicarse, a no retirarse
de la política.
En un país como el nuestro, donde
lamentablemente no estamos acostumbrados a exigir nuestros derechos y mucho
menos a pasar factura al quehacer de nuestros políticos, la lectura de esta
obra puede ser una fuente de inspiración para todo aquel dominicano que se
sienta inconforme sobre cómo se comporta nuestra sociedad ante las injusticias
sociales y para exigir de manera pacífica la reivindicación de derechos tan
elementales como una educación de calidad y un sistema de salud eficiente.
Vivimos tiempos donde la
indiferencia es parte integral de nuestro “modus operandi”, nada nos importa,
nada nos conmueve, nada nos hace brincar de nuestras sillas para decir basta
ya!!!!. Contemplamos como bueno y válido que nos robemos los semáforos en rojo,
que nos obstruyan las aceras con basura y negocios informales, que un vecino
inescrupuloso nos arrebate el sosiego con un bachatón a alto volumen, que los
políticos nos vean las caras de tontos, que nos den un mal servicio en un
restaurante o tienda, y un largo etcétera.
Una nación que no sepa exigir sus
derechos será condenada al servilismo. No deseo eso para la República
Dominicana, pero sólo hay que darse un “paseo” por nuestros periódicos y
noticieros para darse cuenta que vivimos atrapados en la cultura del caos, la
improvisación y el desorden generalizado. Pero hay una luz en el camino representado
por el movimiento que reivindicó el 4% por la Educación y las manifestaciones
voluntarias y pacíficas como consecuencia del desaguisado de la Reforma Fiscal.
Son señales muy tenues aún de que
existe un mínimo de ciudadanos indignados de tanta vagabundería y que desea un
futuro mejor para nuestro país. Hay que protestar cuando nuestros derechos son
ultrajados, sino viviremos en un círculo vicioso de indigencia emocional. Ya lo
decía Stéphane Hessel: “Las sociedades
actuales están perdidas, se preguntan qué hacer para encontrarse y buscan un
sentido a la aventura humana”
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