Hay ideas que me vienen a la cabeza y en esta ocasión me gustaría compartirla con mis lectores, arriesgándome a parecer demasiado pretensioso. Pero tal vez, pienso yo, una vez aplicaba, puede ser de mucho beneficio.
Cuando estudiábamos en las escuelas o colegios nos enseñaron una serie de materias, que rara vez utilizamos en nuestras vidas profesionales. A pesar de que me fue bien en materias como Química, Física o Biología, la verdad que ha sido nula su utilidad en mi vida profesional. Lógicamente esto se debe a que tomé una carrera opuesta a estas materias.
Sin embargo creo que en las escuelas y colegios nos deberían enseñar cosas que nos den un valor agregado y que nos puedan ser útiles para toda la vida. Tomando en consideración la falta de preparación financiera en una buena parte de la población que ocasiona que muchas familias vivan prácticamente sobregiradas y endeudadas “hasta la tambora”, creo que sería totalmente factible la enseñanza desde temprana edad de buenas prácticas financieras.
Materias como Presupuesto Personal, Consumo Inteligente, Principios de Finanzas Básicas, Uso Inteligente de la Tarjeta de Crédito, Fomento del Ahorro, Buenas Inversiones, etc.., podrían insertarse en los programas educativos, lógicamente bien estructurados y estandarizados por nivel académico.
Enseñar a nuestros infantes y adolescentes hacer un buen uso del dinero, nos podría llevar a menos dolores de cabeza en el futuro. Las buenas prácticas financieras, bien formuladas y fomentadas de manera didáctica podrían darnos la llave para una sociedad prudente y cuidadosa de sus recursos.
Conozco muchas personas sufriendo situaciones exasperantes y aciagas consecuencia de una vida financiera desordenada, con una deuda enorme y una capacidad presupuestaria nula. El mundo actual nos presiona a comprar cosas muchas veces innecesarias sólo con el objeto de aparentar para satisfacer erróneamente y a corto plazo los egos de personas que consumadamente poco nos importan. El Consumismo en extremo fundamentando en el endeudamiento improductivo, ha estado destruyendo el sosiego de millones de familias alrededor del mundo.
Ya lo decía el gran economista John Keynes, en el sentido de que es en los tiempos buenos cuando se debe ahorrar y tomar medidas de austeridad para así poder afrontar los tiempos malos. Mi abuela, que en paz descanse, era una experta en técnicas de ahorro y siempre nos decía: “Hay que guardar pan para Mayo”.
Grandes países se encuentran prácticamente a la deriva desde el punto de vista financiero por fomentar a su población a vivir por encima de sus posibilidades. Muchos gobiernos utilizan la escasa preparación financiera de sus conciudadanos para fomentar el clientelismo y la cultura del “dao”. Una población bien educada, sobre todo en aspectos financieros, será capaz de salir adelante a través del emprendurismo, la canalización de recursos a las PYMES y la multiplicación del empleo. Un pueblo acostumbrado a que siempre le den, será siempre un pueblo sometido. Lo dice nuestro propio Himno Nacional: “Ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil”
Una sociedad dotada desde la infancia de Conocimiento, será una sociedad celosa de sus derechos y los defenderá a capa y espada. Soy de los que pienso que con la inculcación temprana de buenos recursos intelectuales y financieros sería un muy buen inicio.
La Sociedad Dominicana anhela de una buena argumentación de las causas de su problemáticas y debe no perder nunca su capacidad de indignarse.
La pequeña pero genial obra del escritor Stephane Hessel titulada “Indignaos” nos da una idea de lo que pretendo. La Indiferencia, es la peor de las actitudes. Esto es así, pues la Indiferencia y el “todo me da igual, siempre y cuando que me den lo mío”, nos hace perder nuestra facultad de indignación y el compromiso que le sigue.
Si queremos una sociedad comprometida, la misma tiene que poseer las bases para poder exigir, las cuales sólo encontraremos en la transmisión del conocimiento y el fomento de las capacidades creativas a través de una educación de calidad que optimice hacia futuro nuestras potencialidades intelectuales, los que nos hará una nación estable y verdaderamente libre. Con la enseñanza de las finanzas, como canalizador de un nuevo enfoque de proyecto, haría de nuestra sociedad y el mundo un lugar mejor para vivir.
Cuando estudiábamos en las escuelas o colegios nos enseñaron una serie de materias, que rara vez utilizamos en nuestras vidas profesionales. A pesar de que me fue bien en materias como Química, Física o Biología, la verdad que ha sido nula su utilidad en mi vida profesional. Lógicamente esto se debe a que tomé una carrera opuesta a estas materias.
Sin embargo creo que en las escuelas y colegios nos deberían enseñar cosas que nos den un valor agregado y que nos puedan ser útiles para toda la vida. Tomando en consideración la falta de preparación financiera en una buena parte de la población que ocasiona que muchas familias vivan prácticamente sobregiradas y endeudadas “hasta la tambora”, creo que sería totalmente factible la enseñanza desde temprana edad de buenas prácticas financieras.
Materias como Presupuesto Personal, Consumo Inteligente, Principios de Finanzas Básicas, Uso Inteligente de la Tarjeta de Crédito, Fomento del Ahorro, Buenas Inversiones, etc.., podrían insertarse en los programas educativos, lógicamente bien estructurados y estandarizados por nivel académico.
Enseñar a nuestros infantes y adolescentes hacer un buen uso del dinero, nos podría llevar a menos dolores de cabeza en el futuro. Las buenas prácticas financieras, bien formuladas y fomentadas de manera didáctica podrían darnos la llave para una sociedad prudente y cuidadosa de sus recursos.
Conozco muchas personas sufriendo situaciones exasperantes y aciagas consecuencia de una vida financiera desordenada, con una deuda enorme y una capacidad presupuestaria nula. El mundo actual nos presiona a comprar cosas muchas veces innecesarias sólo con el objeto de aparentar para satisfacer erróneamente y a corto plazo los egos de personas que consumadamente poco nos importan. El Consumismo en extremo fundamentando en el endeudamiento improductivo, ha estado destruyendo el sosiego de millones de familias alrededor del mundo.
Ya lo decía el gran economista John Keynes, en el sentido de que es en los tiempos buenos cuando se debe ahorrar y tomar medidas de austeridad para así poder afrontar los tiempos malos. Mi abuela, que en paz descanse, era una experta en técnicas de ahorro y siempre nos decía: “Hay que guardar pan para Mayo”.
Grandes países se encuentran prácticamente a la deriva desde el punto de vista financiero por fomentar a su población a vivir por encima de sus posibilidades. Muchos gobiernos utilizan la escasa preparación financiera de sus conciudadanos para fomentar el clientelismo y la cultura del “dao”. Una población bien educada, sobre todo en aspectos financieros, será capaz de salir adelante a través del emprendurismo, la canalización de recursos a las PYMES y la multiplicación del empleo. Un pueblo acostumbrado a que siempre le den, será siempre un pueblo sometido. Lo dice nuestro propio Himno Nacional: “Ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil”
Una sociedad dotada desde la infancia de Conocimiento, será una sociedad celosa de sus derechos y los defenderá a capa y espada. Soy de los que pienso que con la inculcación temprana de buenos recursos intelectuales y financieros sería un muy buen inicio.
La Sociedad Dominicana anhela de una buena argumentación de las causas de su problemáticas y debe no perder nunca su capacidad de indignarse.
La pequeña pero genial obra del escritor Stephane Hessel titulada “Indignaos” nos da una idea de lo que pretendo. La Indiferencia, es la peor de las actitudes. Esto es así, pues la Indiferencia y el “todo me da igual, siempre y cuando que me den lo mío”, nos hace perder nuestra facultad de indignación y el compromiso que le sigue.
Si queremos una sociedad comprometida, la misma tiene que poseer las bases para poder exigir, las cuales sólo encontraremos en la transmisión del conocimiento y el fomento de las capacidades creativas a través de una educación de calidad que optimice hacia futuro nuestras potencialidades intelectuales, los que nos hará una nación estable y verdaderamente libre. Con la enseñanza de las finanzas, como canalizador de un nuevo enfoque de proyecto, haría de nuestra sociedad y el mundo un lugar mejor para vivir.
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