Por muchos años el sistema bancario español financió una gigantesca
burbuja inmobiliaria, cuya explosión, como un tsunami, ha arrasado las
arcas nacionales, dejando al país prácticamente en la quiebra. Nunca en
la historia de la España democrática se habían vivido momentos tan
trágicos desde el punto de vista financiero. En todos estos años, se
fomentó a la población a vivir por encima de sus posibilidades por medio
del consumo desproporcionado basado en el endeudamiento.
Cuando gastas tus recursos en actividades que no tienen retorno, tarde o temprano lo tendrás que pagar y así ha sucedido. El gobierno de Mariano Rajoy presentó el pasado miércoles 11 de julio una serie de medidas de ajustes con el objetivo de ahorrar alrededor de 65,000 millones de euros. Una de las medidas más trascendentales ha sido el aumento del IVA (el ITBIS en RD), de un 18% al 21% en el tramo general y del 8% al 10% en el tramo reducido. Esto quiere decir que la luz, el teléfono, la ropa, los cosméticos, la música, el transporte, el cine, el teatro, ir al salón, ir al bar, a la disco, a un restaurante será mucho más caro. Así mismo, productos básicos de la dieta como los huevos, la leche, el pan, las frutas, las verduras se verán afectados por la subida de impuestos.
Adicionalmente, se reducirán las ayudas por desempleo, los incentivos a la compra de viviendas, disminución de los salarios de los funcionarios y servidores públicos, reducción del 30% de la nómina de concejales en los ayuntamientos, disminución de ayudas a partidos y sindicatos y la reducción de los gastos corrientes de los ministerios. Este nuevo panorama desolador, fruto de las exigencias de sus socios europeos como consecuencia de la falta de alternativas para financiar su enorme déficit público, que condenaba a España a una inminente cesación de pagos, se le une un desempleo galopante, una incesante campaña de adjudicaciones judiciales de viviendas y una reducción del consumo. Todo este funesto “combo” ha hecho que la población tenga que “apretarse el cinturón” al extremo de sacrificar una gran parte de su bienestar.
Lógicamente, uno de los segmentos más afectados es el de los inmigrantes, cuya tasa de desempleo ya ronda el 45%. En este sentido, los extranjeros sin papeles sufrirán un mayor impacto ya que no hay ayudas para ellos. Dado que en la “madre patria” viven decenas de miles de dominicanos, los mismos no escapan a las consecuencias de estas medidas y las que ya se han ido tomando. Según estudios realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se espera una importante reducción de las remesas desde España hacia los países latinoamericanos, incluyendo la República Dominicana.
Adicionalmente, ya se está gestando un acontecimiento, que años atrás era impensable mencionar y es el retorno al país de dominicanos residentes en España, agobiados por la terrible crisis económica. Esto es un hecho sin precedentes en la historia migratoria dominicana. Muchos de los “recién llegados” cuentan que fueron despojados de sus apartamentos por la falta de ingresos para honrar las cuotas de la hipoteca por haberse quedado sin trabajo o por que hayan tenido que cerrar sus pequeños negocios por la contracción del medio circulante. Las historias de cierres masivos de negocios de dominicanos son cada vez mayores. Muchos de ellos han perdido sus ahorros y no tienen más remedio que regresar a la patria que los vio nacer para poder empezar de nuevo una nueva vida. Increíble!!!.
Cuando gastas tus recursos en actividades que no tienen retorno, tarde o temprano lo tendrás que pagar y así ha sucedido. El gobierno de Mariano Rajoy presentó el pasado miércoles 11 de julio una serie de medidas de ajustes con el objetivo de ahorrar alrededor de 65,000 millones de euros. Una de las medidas más trascendentales ha sido el aumento del IVA (el ITBIS en RD), de un 18% al 21% en el tramo general y del 8% al 10% en el tramo reducido. Esto quiere decir que la luz, el teléfono, la ropa, los cosméticos, la música, el transporte, el cine, el teatro, ir al salón, ir al bar, a la disco, a un restaurante será mucho más caro. Así mismo, productos básicos de la dieta como los huevos, la leche, el pan, las frutas, las verduras se verán afectados por la subida de impuestos.
Adicionalmente, se reducirán las ayudas por desempleo, los incentivos a la compra de viviendas, disminución de los salarios de los funcionarios y servidores públicos, reducción del 30% de la nómina de concejales en los ayuntamientos, disminución de ayudas a partidos y sindicatos y la reducción de los gastos corrientes de los ministerios. Este nuevo panorama desolador, fruto de las exigencias de sus socios europeos como consecuencia de la falta de alternativas para financiar su enorme déficit público, que condenaba a España a una inminente cesación de pagos, se le une un desempleo galopante, una incesante campaña de adjudicaciones judiciales de viviendas y una reducción del consumo. Todo este funesto “combo” ha hecho que la población tenga que “apretarse el cinturón” al extremo de sacrificar una gran parte de su bienestar.
Lógicamente, uno de los segmentos más afectados es el de los inmigrantes, cuya tasa de desempleo ya ronda el 45%. En este sentido, los extranjeros sin papeles sufrirán un mayor impacto ya que no hay ayudas para ellos. Dado que en la “madre patria” viven decenas de miles de dominicanos, los mismos no escapan a las consecuencias de estas medidas y las que ya se han ido tomando. Según estudios realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se espera una importante reducción de las remesas desde España hacia los países latinoamericanos, incluyendo la República Dominicana.
Adicionalmente, ya se está gestando un acontecimiento, que años atrás era impensable mencionar y es el retorno al país de dominicanos residentes en España, agobiados por la terrible crisis económica. Esto es un hecho sin precedentes en la historia migratoria dominicana. Muchos de los “recién llegados” cuentan que fueron despojados de sus apartamentos por la falta de ingresos para honrar las cuotas de la hipoteca por haberse quedado sin trabajo o por que hayan tenido que cerrar sus pequeños negocios por la contracción del medio circulante. Las historias de cierres masivos de negocios de dominicanos son cada vez mayores. Muchos de ellos han perdido sus ahorros y no tienen más remedio que regresar a la patria que los vio nacer para poder empezar de nuevo una nueva vida. Increíble!!!.
En este
sentido, es vital que el gobierno y las futuras nuevas autoridades
estimen en su justa dimensión esta nueva problemática y que se
establezcan mecanismos de inserción y diseño de oportunidades, para que
estas personas no se conviertan en una carga más para el país. La
Iglesia Católica, ya ha tomado la iniciativa en este sentido y pide al
gobierno “espacios de oportunidades” para miles de dominicanos que
lastimosamente, están y estarán regresando por la crisis.
Muchos de
ellos retornan cabizbajos y derrotados y otros tanto prefieren quedarse,
a ver qué pasa, pues temen ser motivo de burla en sus pueblos de
origen. Esta situación debe tomarse muy en cuenta, ya que las medidas
tomadas en España, no han tenido a priori un efecto positivo entre los
inversionistas, los cuales aún sienten desconfianza lo que ha provocado
un nuevo incremento de la prima de riesgo de la deuda española. De
seguir esta situación apremiante, será cada vez mayor, lo que hemos
denominado el retorno de los criollos, que como el famoso merengue
navideño menciona tendremos que decir: Llegó Juanita, Hostia!!!!
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