El Crédito, palabra mágica adorada por muchos y odiada por otros. Un
buen historial crediticio abre a las puertas a muchas oportunidades y un
mal historial se las cerrará. Tener o no tener un buen historial
crediticio es una etiqueta que llevaremos sobre nuestros hombros, el
cual depende en gran parte de cada uno de nosotros. Recientemente leí un
artículo sobre el tema que no ha dejado de sorprenderme.
La banca británica indagará e investigará a sus clientes sobre sus gastos mensuales y tratarán de determinar su solvencia en el largo plazo antes de conceder hipotecas. Esto es de por sí bastante sensato, prestar a quien lo puede devolver. Es la base y fin definitivo del análisis de riesgo crediticio. Realmente, se supone, que es lo que cada entidad de intermediación financiera debe hacer para lograr colocar créditos de calidad y tener una cartera de créditos sana y productiva.
Con la desregulación de principios de siglo, se les permitió a los grandes bancos colocar hipotecas, sin el mínimo de cálculo de riesgo normativo, llenando el mundo financiero de préstamos basura, que fueron salvajemente convertidos en instrumentos de inversión sumamente tóxicos. Ahora resulta, que van a desarrollar mecanismos, para hacer, lo que debieron siempre haber hecho.
Tras la crisis de los créditos subprime, se estableció la campaña de la revisión del mercado hipotecario, mejor conocido como el MMR, por sus siglas en inglés. Este proyecto busca asegurar que las condiciones económicas de los ciudadanos sean las óptimas para aplicar para un crédito hipotecario. Insisto, esto es algo, que se supone toda institución financiera en su buen juicio debe realizar, para minimizar riesgos y respetar la confianza de sus depositantes.
Así, en cada entrevista previa a la adquisición de un préstamo se realizarán preguntas sobre los gastos mensuales en concreto y sobre planes futuros. Además, los bancos realizarán “pruebas de estress” sobre las finanzas de sus clientes con el objeto de determinar si podrán devolver el crédito a diferentes tasas de interés. Obvio, tratan de evitar préstamos impagables y la entidad reguladora británica busca poner la casa en orden después de la “fiesta crediticia” de 2008. La idea es profundizar aún más en la capacidad de pago de los prestatarios, presente y futura.
Toda esta maniobra se debe a que el sector inmobiliario del Reino Unido ha entrado en auge, y como el ser humano es tan “olvidadizo”, sobretodo en cuestiones financieras, se trata de evitar el fomento de otra burbuja inmobiliaria. Por ello, todo aquel que desee adquirir una vivienda, va a tener que demostrar que la podrá pagar. En una correcta evaluación para el otorgamiento de un crédito hipotecario son varios elementos los que hay que considerar:
1-La capacidad de pago, que implica si los futuros propietarios tienen un flujo de efectivo que les permita honrar el compromiso de manera oportuna durante todo el plazo del crédito. Aquí es muy importante la calidad, la frecuencia y la estabilidad de la fuente de repago.
2-El historial de pagos. Ser buena paga tiene sus recompensas, si desea pedir un préstamo hipotecario, es vital no incurrir en atrasos en sus actuales facilidades.
3-La cantidad de deudas. No sólo tener buen historial crediticio es suficiente, ya que también es muy prudente considerar la cantidad de deudas que se pueden asumir, pues como todo en la vida, esto tiene sus límites. Un nuevo crédito en su historial puede trastornar su capacidad de pago y por consiguiente su historial.
4-La edad del crédito. Un préstamo tomado muy recientemente no permitirá proyectar como pagarás en el futuro. Es conveniente saber si se tiene un buen tiempo pagando sus compromisos financieros. El sueño de un hogar propio generalmente está atado al sometimiento y aprobación de un préstamo hipotecario.
Sin esta opción, las familias tendrían que tener miles de pesos disponibles (cash), algo realmente utópico en estos tiempos. Sin embargo, es vital lograr un nivel de ahorros que nos permita hacer un buen pago en efectivo y no tener que financiar un alto porcentaje del inmueble. Cada adquiriente, ya sea una persona o un matrimonio, debe lograr que el pago de las cuotas no excedan el 25% de sus ingresos mensuales fijos.
Esto es algo, que una buena educación financiera, debe inculcar. En nuestro país, estamos haciendo pininos para inculcar en la población criterios financieros prácticos pero valiosos. Generalmente no es prudente contratar una hipoteca cuando se quiere, sino cuando se pueda.
Y eso dependerá de nuestro nivel de ahorro, el cual debe estar siempre contemplado en nuestros presupuestos con el objetivo de acumular dinero que nos permita un financiamiento apacible y poco tortuoso, que fue lo que los bancos estadounidenses y británicos omitieron (premeditadamente) y ahora toman medidas para evitar otro colapso bancario y enviar a sus clientes a un purgatorio crediticio.
La banca británica indagará e investigará a sus clientes sobre sus gastos mensuales y tratarán de determinar su solvencia en el largo plazo antes de conceder hipotecas. Esto es de por sí bastante sensato, prestar a quien lo puede devolver. Es la base y fin definitivo del análisis de riesgo crediticio. Realmente, se supone, que es lo que cada entidad de intermediación financiera debe hacer para lograr colocar créditos de calidad y tener una cartera de créditos sana y productiva.
Con la desregulación de principios de siglo, se les permitió a los grandes bancos colocar hipotecas, sin el mínimo de cálculo de riesgo normativo, llenando el mundo financiero de préstamos basura, que fueron salvajemente convertidos en instrumentos de inversión sumamente tóxicos. Ahora resulta, que van a desarrollar mecanismos, para hacer, lo que debieron siempre haber hecho.
Tras la crisis de los créditos subprime, se estableció la campaña de la revisión del mercado hipotecario, mejor conocido como el MMR, por sus siglas en inglés. Este proyecto busca asegurar que las condiciones económicas de los ciudadanos sean las óptimas para aplicar para un crédito hipotecario. Insisto, esto es algo, que se supone toda institución financiera en su buen juicio debe realizar, para minimizar riesgos y respetar la confianza de sus depositantes.
Así, en cada entrevista previa a la adquisición de un préstamo se realizarán preguntas sobre los gastos mensuales en concreto y sobre planes futuros. Además, los bancos realizarán “pruebas de estress” sobre las finanzas de sus clientes con el objeto de determinar si podrán devolver el crédito a diferentes tasas de interés. Obvio, tratan de evitar préstamos impagables y la entidad reguladora británica busca poner la casa en orden después de la “fiesta crediticia” de 2008. La idea es profundizar aún más en la capacidad de pago de los prestatarios, presente y futura.
Toda esta maniobra se debe a que el sector inmobiliario del Reino Unido ha entrado en auge, y como el ser humano es tan “olvidadizo”, sobretodo en cuestiones financieras, se trata de evitar el fomento de otra burbuja inmobiliaria. Por ello, todo aquel que desee adquirir una vivienda, va a tener que demostrar que la podrá pagar. En una correcta evaluación para el otorgamiento de un crédito hipotecario son varios elementos los que hay que considerar:
1-La capacidad de pago, que implica si los futuros propietarios tienen un flujo de efectivo que les permita honrar el compromiso de manera oportuna durante todo el plazo del crédito. Aquí es muy importante la calidad, la frecuencia y la estabilidad de la fuente de repago.
2-El historial de pagos. Ser buena paga tiene sus recompensas, si desea pedir un préstamo hipotecario, es vital no incurrir en atrasos en sus actuales facilidades.
3-La cantidad de deudas. No sólo tener buen historial crediticio es suficiente, ya que también es muy prudente considerar la cantidad de deudas que se pueden asumir, pues como todo en la vida, esto tiene sus límites. Un nuevo crédito en su historial puede trastornar su capacidad de pago y por consiguiente su historial.
4-La edad del crédito. Un préstamo tomado muy recientemente no permitirá proyectar como pagarás en el futuro. Es conveniente saber si se tiene un buen tiempo pagando sus compromisos financieros. El sueño de un hogar propio generalmente está atado al sometimiento y aprobación de un préstamo hipotecario.
Sin esta opción, las familias tendrían que tener miles de pesos disponibles (cash), algo realmente utópico en estos tiempos. Sin embargo, es vital lograr un nivel de ahorros que nos permita hacer un buen pago en efectivo y no tener que financiar un alto porcentaje del inmueble. Cada adquiriente, ya sea una persona o un matrimonio, debe lograr que el pago de las cuotas no excedan el 25% de sus ingresos mensuales fijos.
Esto es algo, que una buena educación financiera, debe inculcar. En nuestro país, estamos haciendo pininos para inculcar en la población criterios financieros prácticos pero valiosos. Generalmente no es prudente contratar una hipoteca cuando se quiere, sino cuando se pueda.
Y eso dependerá de nuestro nivel de ahorro, el cual debe estar siempre contemplado en nuestros presupuestos con el objetivo de acumular dinero que nos permita un financiamiento apacible y poco tortuoso, que fue lo que los bancos estadounidenses y británicos omitieron (premeditadamente) y ahora toman medidas para evitar otro colapso bancario y enviar a sus clientes a un purgatorio crediticio.
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