jueves, 24 de octubre de 2013

EL MERCADO ALTERNATIVO DE RENTA FIJA



El Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) es una de las soluciones planteadas para mejorar la economía española y el empleo. Este sistema viene a contrarrestar la problemática del acceso a financiamiento por parte de las PYMES españolas, debido a que el grifo del crédito está aún cerrado por los bancos españoles los cuales se encuentran en un  profundo proceso de reestructuración y recapitalización.

Los últimos datos suministrados por el Banco de España, en el mes de agosto la morosidad del sistema financiero llegó al 12%, por primera vez en los 50 años desde que se recogen estos datos. La estadística muestra que los impagos de préstamos vuelven a subir por sexto mes consecutivo, para un riesgo de impago que asciende a los 180,673 millones de Euros!!!. Esto quiere decir, que ni las recapitalizaciones, ni el traspaso de créditos basura a una entidad gubernamental, están dando resultado.

Con la crisis, los bancos españoles han reducido en un 27% el crédito a las empresas, sobretodo en un país donde existe una gran dependencia empresarial al crédito bancario de alrededor del 93% (2011).

Ante esta situación, el gobierno ha tenido que buscar nuevas medidas de estímulo y uno de los proyectos que más suena como vía de financiamiento para medianas empresas es el Mercado Alternativo de Renta fija. El MARF es un mercado de renta fija para emisiones de deuda (bonos) por parte de empresas medianas.

El objetivo del proyecto es facilitar el acceso de las empresas a los inversionistas de renta fija, sobre todo aquellas que no tienen gran dimensión y estructura. Obviamente este proceso requerirá de bastante planificación y sumo cuidado. Según el Consejo Nacional de Mercados de Valores (CNMV) las compañías que deseen acceder a este mercado deben cumplir con una serie de requisitos, entre ellos: Buenos niveles de recursos propios frente a vencimientos de deuda de corto plazo, fondos de maniobra positivos y una deuda financiera por debajo de 3.5 veces su EBITDA (Ingresos antes de amortización, depreciación, pago de impuestos e intereses). Además deberán tener una facturación diversificada y con tendencia a la internacionalización.

De acuerdo a estos criterios, existen unas 780 Pymes en capacidad de emitir deudas en el MARF. No obstante, “se cae de la mata” que los potenciales inversores no invertirán su dinero si este proyecto no se basa en el inexpugnable valor de la credibilidad. La confianza y la credibilidad son virtudes que desde el punto de vista de las relaciones de negocios, requieren tiempo para su construcción y consolidación.

En España, al igual que nuestro país, las Pymes representan la mayor parte de la estructura empresarial y muchas cuentan con una historia que merece ser contada. Se estima que los costos iniciales para emitir deuda en el MARF sería del 3% del importe emitido, o sea hasta 750,000 euros, que incluye asesores, “brokers”, folletos, etc…

Para su implantación en vital la Comunicación desde el punto de vista corporativo y financiero, sobre todo cuando la crisis mostró las falencias de un sistema financiero que ocultó detalles vitales en la comercialización de sus productos más tóxicos. La buena comunicación hará más creíble este proyecto.

En República Dominicana, contamos con un incipiente Mercado de Valores con instrumentos de renta fija emitidos básicamente por bancos, puestos de bolsas, entidades gubernamentales y algunas corporaciones. Así mismo, contamos con un tejido empresarial compuesto en su gran mayoría por Pymes, pero no tan subordinadas al sector bancario como en España. No obstante, para nadie es un secreto, lo difícil que resulta para las Pymes acceder al crédito, básicamente por su informalidad desde el punto de vista contable y financiera.

El nuevo gobierno de Danilo Medina ha establecido algunos programas de financiamientos a las pequeñas y medianas empresas, cimentados principalmente a través de entidades de intermediación financiera como el Banco de Reservas y la mal llamada Banca Solidaria. También, el mismísimo presidente Medina, a través de sus ya acostumbradas visitas dominicales, ha conseguido préstamos para el sector agro-industrial.

Obviamente, estos proyectos de financiamientos deben estar sustentados en asesorías que ataquen aquellas debilidades que no permiten a las Pymes ingresar al territorio de la formalidad financiera. Esto es un asunto de extrema importancia que debe ser una condición Sine Qua Non para el expendio de los recursos.

Tomando el ejemplo español y ante las circunstancias antes planteadas entiendo factible la formulación de una alternativa que permita a las Pymes con un óptimo grado de desarrollo, suscribir sus propias emisiones de bonos. Obviamente, y estoy muy consciente, que para su implementación habrá que romper con muchos paradigmas, principalmente desde el punto de vista fiscal y de transparencia financiera.

No obstante, es una alternativa a considerar a futuro, ya que contamos con un mercado de valores en gran crecimiento y una embrionaria cultura de inversión, que con el tiempo debe convertirse en un mecanismo alterno, tanto para el financiamiento de las Pymes dominicanas, así como la posibilidad de novedosas alternativas de inversión que fomenten la diversificación.

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