Ya hemos sobrepasado el ecuador de este año 2013. A nivel local, la
fuerte contracción del comercio por efectos de la reforma fiscal ha
propiciado una serie de medidas de política monetaria expansiva con el
fin de estimular la demanda interna para tratar de reactivar la
economía. Sin embargo, el panorama internacional presenta un escenario
poco atractivo, y la tan mencionada recuperación económica, parece que
tardará aún más de lo esperado.
En su más reciente actualización realizada este mismo mes de Julio, el Fondo Monetario Internacional, ha reducido las perspectivas de crecimiento al 3.1%, prácticamente las mismas del año 2012.
Una de las principales razones es que las economías emergentes conocidas como los BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), ya no tienen ese horizonte tan favorable debido a la caída de la demanda de las economías desarrolladas. Como sabemos la profunda crisis financiera de la Zona Euro y los recortes presupuestarios en los Estados Unidos han hecho reducir sus niveles de importación de bienes y servicios.
Según el FMI, a los viejos riesgos aún persistentes, como el desaguisado bancario de la zona euro, se les une nuevos riesgos, como el enfriamiento de las economías emergentes por el debilitamiento de la demanda mundial y la paralización del flujo del crédito. La entidad entiende que se necesitan medidas adicionales para poder enderezar el rumbo desde el punto de vista de reformas macro-prudenciales.
Los Estados Unidos, por ejemplo, la primera potencia económica, crecerá 1.7% y no 1.9%, como se esperaba a principio de año. En el caso de China, que según algunos reportes, está al borde de la explosión de una burbuja inmobiliaria, deberá de hecho reducir el crédito para evitar el sobrecalentamiento de su economía. En este sentido, el FMI estima que el gigante oriental crecerá este 2013 un 7.8%, el mismo nivel del 2012 y con perspectivas de seguir bajando para el 2014.
Brasil, nuestro gigante americano, en vez de crecer un 3% como se tenía previsto, sólo lo hará un 2.5%. El FMI entiende que el crecimiento del país carioca se ha topado con baches debido a limitaciones de mercado laboral y las infraestructuras.
Por otro lado, la Eurozona seguirá en el pozo de la recesión este año con una contracción del 0.6%. En el caso de nuestra Madre Patria, las perspectivas siguen siendo sombrías, a pesar de ciertas mejoras en el plano fiscal y exterior, pero no son aún lo suficientemente fuertes para dar un giro significativo. Incluso, según el FMI, España sería en el 2014 la única que no crecería.
Mientras tanto, Latinoamérica y el Caribe, crecerán un 3%, menos de los previsto. Así mismo, las previsiones para el 2014 de crecimiento se ha reducido al 3.4%, cuando se estimaba un 3.9%. Obviamente las razones son las mismas, nuestros socios desarrollados, no están comprando nuestros productos por falta de demanda.
Sólo Japón se salva de este festival de reducción de perspectivas económicas, y se espera un crecimiento del 2%, debido al paquete de estímulos monetarios de su gobierno a través de un programa conocido como Abenomics.
Según el periódico El País “La Abenomics, es la estrategia del primer ministro Shinzo Abe para despertar el “espíritu animal” atrapado dentro de la economía japonesa, está acelerándose. Los estímulos fiscales y la flexibilización monetaria continúan, y avanza la tarea de desplegar una “estrategia de crecimiento” que promueva las reformas estructurales y reguladoras”
Como hemos podido comprobar, las nuevas estimaciones económicas a nivel mundial nos presentan un panorama todavía oscuro, a pesar de que existen ciertos indicios de recuperación. Sin embargo, la profundidad y complejidad de la crisis financiera en Europa, los problemas fiscales en Estados Unidos, así como el frenazo del fuerte crecimiento exhibido por las economías emergentes por la reducción de la demanda mundial, nos hace volver a replantear nuestras estrategias, y asimilar que aún queda mucho por hacer.
Incluso, en nuestro país, donde los mismos problemas están igualmente presentes: Desempleo, reducción de la demanda interna, paralización del comercio, aunado a graves problemas de corrupción y dejadez institucional, nos llevan al inexpugnable deber de exigir al gobierno medidas, aún más contundentes.
En su más reciente actualización realizada este mismo mes de Julio, el Fondo Monetario Internacional, ha reducido las perspectivas de crecimiento al 3.1%, prácticamente las mismas del año 2012.
Una de las principales razones es que las economías emergentes conocidas como los BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), ya no tienen ese horizonte tan favorable debido a la caída de la demanda de las economías desarrolladas. Como sabemos la profunda crisis financiera de la Zona Euro y los recortes presupuestarios en los Estados Unidos han hecho reducir sus niveles de importación de bienes y servicios.
Según el FMI, a los viejos riesgos aún persistentes, como el desaguisado bancario de la zona euro, se les une nuevos riesgos, como el enfriamiento de las economías emergentes por el debilitamiento de la demanda mundial y la paralización del flujo del crédito. La entidad entiende que se necesitan medidas adicionales para poder enderezar el rumbo desde el punto de vista de reformas macro-prudenciales.
Los Estados Unidos, por ejemplo, la primera potencia económica, crecerá 1.7% y no 1.9%, como se esperaba a principio de año. En el caso de China, que según algunos reportes, está al borde de la explosión de una burbuja inmobiliaria, deberá de hecho reducir el crédito para evitar el sobrecalentamiento de su economía. En este sentido, el FMI estima que el gigante oriental crecerá este 2013 un 7.8%, el mismo nivel del 2012 y con perspectivas de seguir bajando para el 2014.
Brasil, nuestro gigante americano, en vez de crecer un 3% como se tenía previsto, sólo lo hará un 2.5%. El FMI entiende que el crecimiento del país carioca se ha topado con baches debido a limitaciones de mercado laboral y las infraestructuras.
Por otro lado, la Eurozona seguirá en el pozo de la recesión este año con una contracción del 0.6%. En el caso de nuestra Madre Patria, las perspectivas siguen siendo sombrías, a pesar de ciertas mejoras en el plano fiscal y exterior, pero no son aún lo suficientemente fuertes para dar un giro significativo. Incluso, según el FMI, España sería en el 2014 la única que no crecería.
Mientras tanto, Latinoamérica y el Caribe, crecerán un 3%, menos de los previsto. Así mismo, las previsiones para el 2014 de crecimiento se ha reducido al 3.4%, cuando se estimaba un 3.9%. Obviamente las razones son las mismas, nuestros socios desarrollados, no están comprando nuestros productos por falta de demanda.
Sólo Japón se salva de este festival de reducción de perspectivas económicas, y se espera un crecimiento del 2%, debido al paquete de estímulos monetarios de su gobierno a través de un programa conocido como Abenomics.
Según el periódico El País “La Abenomics, es la estrategia del primer ministro Shinzo Abe para despertar el “espíritu animal” atrapado dentro de la economía japonesa, está acelerándose. Los estímulos fiscales y la flexibilización monetaria continúan, y avanza la tarea de desplegar una “estrategia de crecimiento” que promueva las reformas estructurales y reguladoras”
Como hemos podido comprobar, las nuevas estimaciones económicas a nivel mundial nos presentan un panorama todavía oscuro, a pesar de que existen ciertos indicios de recuperación. Sin embargo, la profundidad y complejidad de la crisis financiera en Europa, los problemas fiscales en Estados Unidos, así como el frenazo del fuerte crecimiento exhibido por las economías emergentes por la reducción de la demanda mundial, nos hace volver a replantear nuestras estrategias, y asimilar que aún queda mucho por hacer.
Incluso, en nuestro país, donde los mismos problemas están igualmente presentes: Desempleo, reducción de la demanda interna, paralización del comercio, aunado a graves problemas de corrupción y dejadez institucional, nos llevan al inexpugnable deber de exigir al gobierno medidas, aún más contundentes.
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