Arenas Movedizas:
¿2013?
Esta es mi última entrega del año
2012 y por lo tanto quiero aprovechar la ocasión para agradecer a todos mis
lectores haber dedicado un poco de su valioso tiempo a leer mis artículos. Esta
columna se inició como un material pedagógico en asuntos financieros, pero como
todo en la vida, y para poder sobrevivir hemos tomado un giro hacia la opinión,
pues pienso que la crítica constructiva siempre es valiosa, sobre todo en
sociedades tan injustas y donde existe una mala distribución de las riquezas
como la nuestra.
Al final de cada año siempre es
saludable realizar una retrospectiva de los hechos que tocaron a nuestras
puertas y nos afectaron. El 2012 puede dividirse en dos partes muy bien
identificadas. La primera parte corresponde a una campaña política
caracterizada por una muestra excesiva de recursos por parte del candidato
oficial, mientras que el presidente saliente se las gastaba inaugurando obras a
diestra y siniestra. Por otro lado, el desgastado candidato y ex presidente del
partido opositor era descuartizado en los medios por sus ya populares metidas
de pata en su pasada y funesta gestión, así como por su lengua viperina.
Durante todo este período
electoral el gobierno nos vendió la idea de un país encarrilado hacia el desarrollo,
una economía blindada con un crecimiento fuerte y sostenible. O sea, Dominicana
en el país de la maravillas. Muchos tragamos el anzuelo y el oficialismo ganó
la contienda.
La segunda parte del año inicia
con la toma de posesión del nuevo presidente Medina, quien se metió en el bolsillo
a toda la audiencia con un discurso pragmático y esperanzador. Luego, se nos
cayeron los altares, cuando sorpresivamente nos enteramos que somos un país
empobrecido, endeudado hasta el “tuétano” y que las nuevas autoridades
heredaron un monstruoso déficit fiscal, del cual el gobierno anterior nunca
mencionó.
Como consecuencia se nos quiso
vender la absurda idea de una reforma fiscal integral, que fue todo menos eso.
El pueblo como siempre pagará los platos rotos de una reforma tributaria
indeseable, sin que ni siquiera se nos diga quiénes fueron los culpables de tal
desaguisado. Es por eso que todos debemos tomar medidas, pues este 2013 que
casi nos respira en el cuello, será un año donde nuestro poder adquisitivo se
reducirá a su mínima expresión.
Ahora más que nunca el Ahorro y
el Consumo Inteligente deben ser parte de nuestro “modus operandi”. Debemos
aprender a presupuestar todo lo que gastamos para poder llegar a fin de mes
airosos y sin meternos en deudas improductivas y asfixiantes. Lamentablemente,
tenemos una cultura del “aguaje” o “bulterismo”, esto es endeudarnos para hacer
creer a los demás que somos personas prósperas dignas de su atención. Esta
cultura del “allante” debe ser desmontada para evitar caer en las garras del
consumismo hipócrita, sepa arroparse hasta donde la sábana le dé y aprenda a
vivir con lo que tiene, siempre procurando ejercer alguna oportunidad de
inversión que se le pueda presentar.
Este 2013, el gobierno y la
sociedad dominicana tienen a mí entender cinco grandes retos:
Ø La
delincuencia: De una vez por todas, deben establecerse todos los mecanismos
para poder aplacar esta plaga, por medio de una nueva y sofisticada policía,
así como otras nuevas agencias de seguridad.
Ø El
desempleo: Tenemos una de las mayores tasas de desempleo y de empleo informal
de Latinoamérica, esta situación debe ser revertida de inmediato por medio de
programas de apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa, que sean efectivos y
sencillos de aplicar en el tiempo, no como ahora que todo es un boom
publicitario.
Ø Salud
y Educación: Estos son los pilares de cualquier sociedad, por tanto nunca se
debe escatimar en recursos para su desarrollo.
Ø Energía:
El desaguisado eterno de nuestro país. Hasta que haya voluntad política para
resolver este problema, además de nuevas soluciones y alternativas, seguiremos
en este bache, que nunca nos permitirá ser un país desarrollado, que es a lo
que debemos siempre aspirar.
Afrontamos el 2013 con mucha
cautela, esperando que las autoridades sepan hacer lo que deben hacer y se
dejen de chismes e intrigas. El presidente Medina debe dar un giro a su entorno
y nombrar nuevos funcionarios, con mayor nivel de credibilidad y con verdadera
vocación de servicio, que sean humildes y dispuestos. Que de una vez por todas,
la palabra CORRUPCION sea desmontada del tren gubernamental, para que este 2013
no sigamos caminando entre arenas movedizas.