miércoles, 13 de agosto de 2014

Inminente mercado nacional de acciones

En los Estados Unidos así como en otros países desarrollados, las empresas, sobre todo las grandes corporaciones, financian sus operaciones, no a través de financiamientos bancarios, sino a través de la venta de derechos de propiedad sobre las empresas, mayormente conocidas como acciones.
   
En estas naciones existe un mercado bursátil desarrollado que permite la compra y venta de acciones de empresas al público en general. En los Estados Unidos, el más conocido es el NYSE (New York Stock Exchange). La compra de acciones permite al inversionista convertirse en accionista de una empresa y poder acceder a su repartición de dividendos, y si la acción aumenta considerablemente de precio, la pueden vender en mercado secundario, obteniendo apetitosas plusvalías.
   
La República Dominicana cuenta con una bolsa de valores donde hasta el momento sólo se comercializan instrumentos financieros de renta fija, básicamente bonos. Los Bonos son valores representativos de deuda emitidos a un plazo mayor tanto por entidades públicas (Banco Central y Ministerio de Hacienda) y entidades privadas con el fin de obtener financiamiento. Son instrumentos de renta fija porque el inversionista conoce desde un principio su ganancia pues tienen una tasa fija (cupón) a través de la cual se pagan intereses periódicamente. Estos instrumentos se negocian en nuestro mercado de valores y no se pueden cancelar de manera anticipada, pero sí pueden ser negociados en el mercado secundario a través de los puestos de bolsa.            

Estos instrumentos son desmaterializados (no físicos) y están custodiados por una entidad conocida como Central de Valores  Dominicana (CEVALDOM).

El país, así como cuenta con una Superintendencia de Bancos para regular a todo el sistema bancario, cuenta con una Superintendencia de Valores (SIV) que es la institución que promueve, fiscaliza y regula nuestro mercado de valores. Así mismo, el mercado cuenta con una buena dotación de puestos de bolsas que fungen como intermediarios en la comercialización de los diferentes instrumentos, ofertando asesoría financiera, estructurando, colocando y distribuyendo emisiones primarias y secundarias.
   
La ventaja que tenemos es que podemos acceder a estos puestos de bolsas (los hay privados y los que pertenecen a bancos) y obtener mejores rendimientos y mayor flexibilidad en nuestras inversiones.
   
El pasado 8 de agosto, la Superintendencia de Valores aprobó y anunció la primera oferta pública de acciones comunes a la empresa CCI Puesto de Bolsa S.A. Esta histórica emisión será de hasta 373,734 acciones en mercado primario, lo que representa sólo el 5.96% de su capital suscrito y pagado, obviamente un dato conservador, pues la idea no es “irse de boca” sino adentrarse poco a poco en el siempre interesante mercado de acciones.
   
Las acciones comunes son activos financieros negociables sin vencimiento que representan una porción de propiedad de una empresa. Cuando alguien adquiere acciones se convierte en accionista, pero hay que estar muy claros que no generan intereses como los bonos, sino derechos a los dividendos futuros de las empresas. Obviamente, quien invierte en acciones debe hacer un exhaustivo análisis financiero de la empresa de la cual compra acciones, pues así como puede obtener ganancias, puede perder dinero si la empresa quiebra o le va mal. Por eso se les conoce como instrumentos de renta variable.
   
Muchos conocen al gran Warren Buffet, quien se ha hecho mega millonario a través de la compra y venta de acciones por medio de su empresa Berkshire Hathaway y quien siempre recomienda “Nunca invierta en un negocio que no pueda entender”.

Obviamente, esta emisión representa todo un hito en la historia financiera del país, ya que se pone la primera piedra para nuevas alternativas de inversión. En futuro, de prosperar esta nueva corriente de inversión, podremos acceder a comprar acciones de empresas y convertirnos en accionistas de las mismas, para lo cual obviamente habrá un sistema y su debida regulación.           

 También el empresariado se beneficiaría, pues accedería a recursos frescos muchos más baratos que tomando financiamientos en la banca local.
   
Obviamente, todavía falta mucho por recorrer para lograr un mercado accionario masivo y sobretodo atractivo, ya que habrá que romper aún muchos paradigmas, pero en general es una gran noticia que todos debemos celebrar.

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