Además de la falta de una
supervisión y regulación efectiva, una de las razones que ocasionaron la
debacle bancaria del año 2003 en la República Dominicana fue la poca productiva costumbre de otorgar
créditos a familiares, amigos y relacionados por parte de los bancos. Los
préstamos a vinculados fueron de las primeras prohibiciones que se
establecieron como consecuencia de esta terrible crisis que aún estamos hoy
pagando, once años después!. Como es lógico pensar, estos financiamientos
carecen de algún atisbo de análisis de riesgo crediticio serio, donde la falta
de criterio y la ultra flexibilización se imponen para favorecer a personas
vinculadas, que en la mayoría de los casos, no clasificarían para los mismos.
Cuando uno cree que lo ha visto
todo, después de lo ocurrido con el festín crediticio que provocó la mayor
crisis financiera desde la Gran Depresión, aún nos topamos con uno que otro
gran desaguisado bancario.
El Banco Espirito Santo, conocido
como BES, era hasta apenas unos meses el buque insignia del más renombrado y
prestigioso grupo financiero y empresarial portugués, con más de 400 empresas y
más de 25,000 empleados. Una larga vida de ostentaciones y excesos ha llegado a
su fin con la caída de este gigante financiero, manejado a su antojo por el
magnate de la familia Espirito Santo, Ricardo Espirito Santo Salgado, cuyo
negocio familiar, que data desde 1869, tenía tentáculos en Angola, Brasil, Luxemburgo,
Suiza y Nueva York.
El muy mal parado Banco Central
de Portugal tuvo que intervenir a principios de agosto a esta entidad bancaria
y dividirla en dos: Un banco malo donde irán a parar todos los activos tóxicos
y por otro lado, nace una nueva entidad que heredará todos los créditos y
depósitos sanos que se llamará Novo Banco. Los antiguos propietarios no tendrán
ninguna participación en este nuevo banco, pero sí tendrán que cargar con los
activos del banco malo. En total se han utilizado 4,900 millones de Euros para
salvarlo, 500 millones procedentes de un fondo especial y los 4,400 millones restantes del fondo de
rescate de la Unión Europea, una línea de crédito ya facilitada hace dos años
cuando el país fue rescatado.
La idea del gobierno portugués es
estabilizar el nuevo banco y una vez saneado ser puesto a la venta. Para tal
fin se ha designado al Sr. Vítor Bento como Presidente de la Comisión
Ejecutiva, y hasta hace poco Consejero Delegado del BES. La nueva
administración buscará paralizar la ola de incertidumbre que rodeaba al banco
explotando su buena relación con los clientes y su amplio portafolio de
servicios financieros.
Un reconocido empresario me dijo
hace algunos años que la mejor forma para un grupo de empresas obtener
financiamiento de manera rápida, era crear un banco propio, captar recursos del
público y prestárselo entre ellos. Pues esto fue lo que pasó con el Banco
Espirito Santo. Todo el escándalo empezó a florecer cuando un antiguo amigo y
socio empezó a sacar a la luz pública todo un entramado obsceno de
transacciones improductivas para beneficiar a las empresas del clan familiar
Espirito Santo. En definitiva, el conglomerado de sociedades del grupo familiar
se han financiado a través del banco. Varias empresas grandes del grupo como
ESI y RioForte tenían años emitiendo títulos de deuda que eran adquiridos por
el BES. Tanto en su filial en Angola como en la Sede Central en Luxemburgo se
han detectado créditos de muy alto riesgo creando un hoyo de más de 4,000
millones de euros. Lo que agravó más la situación fue la pobre maniobra y la
falta de eficiencia del órgano regulador que trató por todos los medios de
“pasar paños tibios al asunto” hasta que no tuvo más remedio que echar del
banco a los jefes de la familia Espirito Santo, cuando ya el BES había perdido
un 41% de su valor en bolsa, hasta el punto que su cotización tuvo que ser
retirada para que no ocurriera una hecatombe financiera en el país luso.
Como es sabido por todos,
Portugal fue uno de los países europeos que tuvo que ser rescatado durante la
crisis de la burbuja inmobiliaria. Años de excesos y un consumismo desbordado
han llevado a este pequeño país a la quiebra, donde grupos empresariales y
clanes familiares se han apoderado del poder político, y también del poder financiero
para engrosar sus bolsillos de manera ruin, pues se ha detectado que el Grupo
Espirito Santo, los Rockefeller portugueses como se les conocía, llevaba años
incurriendo en pérdidas, realizando operaciones que generaban poca liquidez,
inversiones fraudulentas y la sobrefinanciación de las empresas del grupo
tapando deuda con más deuda.