Aunque el término sólo resulte un
mero pensamiento utópico o una irresistible quimera, la verdad que la desidia
exhibida por el gobierno central hacia nuestra provincia en términos de
programas de desarrollo e infraestructura, nos haría pensar en independizarnos
y forjar un nuevo Estado en la parte norte del país.
Un Estado que se preocupe de
verdad por las necesidades de nuestro Santiago y desde aquí realizar una gran
alianza estratégica con las demás provincias del Cibao, para no tener que
sufrir la desatención que actualmente recibimos desde Santo Domingo.
Me parece una banalidad que se
esté hablando de una nueva carretera Cibao-Sur, cuando la actual Autopista
Duarte se encuentra arrabalizada, donde cualquier pelafustán se inventa un
retorno a su conveniencia y donde los motoristas transitan en vía contraria. Lo
de la Avenida Circunvalación Norte se ha convertido en un relajo,
convirtiéndose en el cuento de nunca acabar, donde a los santiagueros nos han
tomado por tontos (por no decir otra palabra más ajustada a la realidad). La
carretera Turística Luperón se ha estado cayendo a pedazos y ninguna autoridad
ha salido a su rescate, dejando esa bella vía en manos del deterioro y la
inmundicia. Lo que pudo haber sido una buena fuente de ingresos, desde el punto
de vista turístico, se ha convertido en un despeñadero inútil.
Por otro lado, la “supuesta”
autopista Joaquín Balaguer, que nos une con Navarrete, cada día se deteriora
más, convirtiéndose en una vía sumamente peligrosa, donde además han ocurrido
numerosos atracos. En este sentido, ya nos duelen las quijadas, de tanto exigir
que la Carretera a Puerto Plata sea convertida de cuatro vías. Las condiciones
de esta importantísima vía son paupérrimas, a pesar del reciente lavado de cara
que se le dio. Como si esto fuera poco, la actual avenida Circunvalación, que
bordea el rio Yaque del Norte, está arrabalizada, llena de escombros y
desentonada por un monstruoso desorden vial.
Santiago cuenta con un trabajado
Plan Estratégico, que urge su implementación, pues el ruido y el desorden
parecen tragarse la ciudad, sin embargo el mismo no ha recibido la menor
atención por parte de los “mandamases” capitaleños. Somos una provincia que está
a menos de una hora del Océano Atlántico, más sin embargo, nuestras exportaciones,
principalmente de Zonas Francas, deben realizarse básicamente por
Haina!!!. Algo inaudito y sobradamente
costoso. Por eso es que debe buscarse una solución al tema de Manzanillo, lo
cual haría más atractivas nuestras exportaciones.
En términos de Seguridad Pública,
nos hemos convertido en la capital de la delincuencia y el narcotráfico. Esto
es algo que como santiagueros, nos duele. No contamos en lo más mínimo con un
cuerpo de policía eficiente, lo cual hace que tengamos que dotarnos de nuestras
propias estrategias de seguridad. En Santiago nos pueden atracar a cualquier
hora del día, con el terrible sentimiento de impotencia de no tener a quien
recurrir. Ni el chapulín colorado nos puede ya defender.
Por otro lado, los
grandilocuentes y mega cacareados programas de fomento a las PYMES, parece ser
que se han quedado en las arcas capitaleñas, pues nuestras valerosas empresas
han tenido que subsistir ante los embates del huracán fiscal aprobado a finales
del 2012. Aunque las mismas pudieran acceder sin trabas a estos recursos, por
mera reducción de la demanda, no tendrían a quien ofrecer sus servicios de
manera holgada y constante. Con un desempleo rampante y las universidades
expeliendo miles de nuevos profesionales, que caen en los tentáculos de un
limbo profesional, no se crearán condiciones óptimas para el consumo.
Además el
festival de altos costos operativos a que son sometidas nuestras PYMES, así
como los deficientes servicios públicos, las hacen cada vez menos competitivas.
Nos unimos a las justas demandas
expresadas recientemente por nuestros líderes empresariales, por el valor
demostrado por nuestra Cámara de Comercio y Producción, exigiendo, pues nos
corresponde por esfuerzo y peso específico en el PIB, una mayor equidad en las
inversiones del Ejecutivo. Ya está bueno de tanta desigualdad e Injusticia.
Santiago merece un mejor trato y un programa de inversiones eficiente, serio y
sobretodo permanente. De no ser así, invito a cada lector en considerar pues,
una nueva nación, la República Democrática del Cibao.
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