Si usted ha leído la prensa
económica en las últimas semanas, es muy seguro que se haya encontrado con este
término tan peculiar, pero que desde el punto de vista financiero tiene en
Jaque a la Argentina. Según la presidenta de este gran país Cristina Fernández
de Kirchner, estos fondos “son depredadores sociales globales”.
Se le denomina Fondos Buitres a
un tipo de fondos de capital de riesgo altamente especulativos que invierten en
entidades débiles o al borde de la quiebra comprando sus emisiones de deuda a
precios muy bajos para luego accionar jurídicamente para el cobro total de
estos títulos más los intereses.
Un ejemplo, un fondo de estos
compra un bono que antes valía US$100.00 en US$30.00, o sea, a un 30% de su
valor nominal para luego echar el pleito en las cortes y lograr que se le
reconozca el pago del 100%, o sea, los US$100.00 originales. Obtienen un enorme
beneficio del 70%. Tremendo negocio basado en la más pura especulación.
Para “aplatanarlo” un poco, es
como si alguien comprara un yogurt vencido a un 30% de su precio real, para
luego demandar a la empresa fabricante a que le devuelva el 100% del precio
original porque este producto ya no sirve.
Para entender este problema que
tiene en desasosiego a la sociedad argentina, debemos remontarnos al 2001, en
plena implosión de su peor crisis financiera. Como ya es conocido, el 23 de
diciembre del 2001, el gobierno argentino se declaró en “default” o sea en
cesación de pagos. Esto ocasionó que sus títulos de deuda se redujeran de valor
(precio de remate), los cuales fueron adquiridos por este tipo de fondos.
No obstante, el gobierno
argentino realizó en 2005 y 2010 dos canjes muy exitosos, donde muchos de esos
bonos basura, fueron cambiados por nuevos títulos, a un mayor plazo y con
descuentos hasta del 65%. El problema fue que un pequeño grupo no aceptó estos
canjes y procedieron a demandar a la
Argentina ante los tribunales norteamericanos.
Para colmo de males, el juez a
cargo del caso Thomas Griesa y la Cámara de apelaciones de Nueva York fallaron
a favor de los tenedores de bonos argentinos en cesación de pagos, lo cual fue
ratificado por la Corte Suprema de los Estados Unidos, por lo que al gobierno de la Presidenta Fernández
no le ha quedado de otra que renegociar con estos fondos.
Este fallo estableció que el
total de capital más intereses a pagar es de alrededor de US$1,330 millones. Uno de los principales
protagonistas es el fondo NML Capital, el cual compró bonos en 2008 por valor
de US$48.7 millones y ahora se le debe pagar US$832 millones, 1,000%
más!!!!!!!. Otros dos fondos conocidos son Aurelius y Blue Angel. NML exigió el
pago de inmediato, y el gobierno tiene hasta fin de julio para el pago, pero la
Presidenta dijo que sólo pagaría a los bonos reestructurados y “nananina” para
los del fallo de los Estados Unidos.
Para esa fecha, el país austral
sólo cuenta con US$900 millones, los cuales obviamente no dan para los dos
grupos, por lo que entrarían en lo que se conoce como “default técnico” o sea,
tienen la voluntad de querer pagar, pero no lo hará a todos.
De concretizarse este hecho, su
efecto se sentiría en el mediano plazo con subidas del dólar donde los
argentinos buscarían refugio financiero y a largo plazo el acceso de la
Argentina a los mercados de capitales estaría en entredicho por llevar la
etiqueta de “malapaga”, esto se traduciría en una nueva gran devaluación,
subida de las tasas de interés, que lleva a la caída del crédito y menos
inversión foránea.
Por ello, a falta de tan pocos
días para la “hora cero”, el cerco se va cerrando y hay que buscar
negociaciones intensas que logren convencer al Juez Griesa de una forma de pago
alterna.
Los Fondos Buitres, no sólo han
incursionado en la compra de deuda basura de Argentina, también han comprado de
Perú, varios países africanos y países europeos en aprietos como Portugal y
Grecia. El término de Buitres, les cae como anillo al dedo, pues como estas
aves, sobrevuelan los mercados financieros en búsqueda de carroña, en nuestro
caso deuda desvalorizada para luego sacar el mejor partido de ellas.
El gobierno de la Argentina está
en una gran encrucijada, pues además de este gran problema se suman otros como
el procesamiento judicial del Vicepresidente Amado Boudou, involucrado en
serios actos de corrupción, el aumento de la inflación al 40%, reducción del
0.8% del PIB y para colmo, la derrota de la selección albiceleste en el pasado
Mundial de Brasil.
La cesación de pagos no es el
camino correcto, sobretodo para un país tan necesitado de recursos externos,
por lo que la mandataria tendrá que jugar sus mejores cartas, pero parece firme
su convicción de no dejarse chantajear pues en su opinión, pagarles
significaría abrir la puerta a una avalancha de reclamaciones de otros
acreedores.
Todo esto es un ejemplo más, que
cuando los gobiernos toman muy malas decisiones que afectan las finanzas de un
país, y no se le buscan soluciones
definitivas y concluyentes, seguirán mutando en problemas más complejos en el
futuro.