En septiembre del 2008 los mercados
cayeron estrepitosamente originando la peor crisis financiera desde la Gran
Depresión. Hace justamente cinco años, en el 745 de la Séptima Avenida en
Manhattan, se registró el epicentro del poderoso terremoto financiero que se
considera el inicio de la crisis: El cuartel general de Lehman Brothers.
Sin embargo, el origen de la
crisis se ubica en la primavera del 2007, cuando otro banco de inversión Bear
Stearns había admitido serios problemas en sus apuestas de carteras de crédito
subprime. Con esta crisis, el mundo conoció un nuevo y complejo lenguaje
financiero: tenemos el ya conocido subprime que se refiere a créditos de mala
calidad. También los Mortgage Back Securities (MBS), que eran paquetes de
inversión basados en hipotecas, así mismo, los Collateral Debt Obligations
(CDO), una mutación del anterior, pero organizados por la calidad de las
hipotecas y los Credit Default Swaps (CDS), una especie de seguro que compran
los inversores ante posibles pérdidas.
Como ya conocemos, para evitar
una hecatombre Washington ofreció asistencia de emergencia, intervinieron a
Fannie Mae y Freddie Mac, las más grandes entidades hipotecarias del país, las
cuales fueron semi nacionalizadas. Por otro lado, se le tiró un salvavidas a
CityGroup y a Bank of América, y la gigantesca empresa aseguradora AIG, tuvo
que ser rescatada de la quiebra inminente por no poder honrar la enorme
cantidad de CDS comercializados. Otro banco de inversión, Merryl Lynch pasó al
Bank of America y Bear Stearns fue absorbida por JP Morgan.
Para salvar a todo el sistema
financiero, la administración Bush creó el tristemente famoso programa de
asistencia para activos tóxicos conocido como TARP por sus siglas en inglés, el
cual contó con US$700,000 millones, aunque sólo fueron desembolsados US$418,000
millones. La raíz de esta catástrofe se ubica en la agresiva campaña iniciada
en los gobiernos de Reagan, para lograr desregularizar al sector financiero, lo
cual se logró bajo el mandato de Clinton, cuando fue eliminada la ley Glass
Steagall de 1933, que regulaba y prohibía la mezcla de los bancos de inversión
con los bancos comerciales. Los responsables de esta hoy reconocida metida de
pata son el Sr. Alan Greenspan y sus secuaces, entre ellos un tal Larry
Summers, quien recientemente declinó su candidatura a presidir la Reserva
Federal. Menos mal!!!.
Cinco años después, se han
logrado considerables avances: Aquellas locuras de “innovaciones financieras”
han sido en su mayoría represadas, los bancos están mejor capitalizados y
pueden enfrentar con mayor holgura nuevas crisis bancarias y hay en carpeta
nuevas regulaciones.
No obstante, algo que no se ha
logrado (y no se va a lograr ya) es la reducción del tamaño de los bancos. Los
grandes bancos estadounidenses, son mucho más grandes después de lo de Lehman.
Una de las grandes demandas de los reguladores era reducir el riesgo de quiebra
sistémica haciendo los bancos más pequeños y así también evitar el famoso
chantaje conocido como “Too big to fail”, o sea, somos demasiados grandes para
quebrar. Sin embargo, hoy en día sucede
lo contrario, la banca norteamericana está más concentrada que antes de la
crisis!!!.
Por otro lado, la tan mencionada
recuperación económica sólo ha servido para hacer un mundo cada vez más
desigual. Durante este lustro, la brecha entre ricos y pobres se ha hecho más
grande. Según un estudio del movimiento Occupy Wall Street, el 10% de los de
arriba se ha llevado más de la mitad de la riqueza producida por la economía y
los pobres, cada días más pobres, y la clase media en serio peligro de
extinción. Cuando la crisis estalló, el desempleo se ubicó en el 10% y hoy se
encuentra anclado en el 7.3%, que no es real ya que este descenso se debió a
que la tasa de participación, o sea, las personas dispuestas trabajar se redujo al 63.2%, no como estaba
en 2007 en el 66.5%, que de no ser por ese detalle estaríamos hablando de una
tasa de desempleo del 11.9%, de acuerdo a un estudio de la agencia Moody´s.
Una buena respuesta a la crisis
es la ley Dodd Frank, una profunda reforma al sistema financiero para
robustecer la supervisión bancaria a los mega poderosos bancos gringos y
obligarles a incrementar sus reservas de capital de sus propios bolsillos. Esta
ley, sigue siendo hoy motivo de gran debate entre los republicanos (Con el Tea
Party a la cabeza) y los demócratas. Aún las fuertes pruebas de stress
aplicadas a los bancos están logrando sus objetivos, la estructura del sistema sigue siendo la
misma que cuando la crisis inició, lo que evidencia que todavía es demasiado
compleja para ser desarticulada.
Finalmente, un tema que no se
toca mucho, es el de la impunidad. A pesar de las evidentes muestras de
violaciones a las leyes, tal como se muestran en el documental del Charles
Ferguson “Inside Job”, ningún banquero imprudente ha sido encarcelado por sus
actos deshonestos. Esto nos lleva a pensar, que el riesgo moral, está y estará
siempre presente en el sistema financiero, ya que en la mente de estos
pelafustanes, estará la motivación se seguir haciendo lo indebido, ya que nadie
la rinde cuenta de sus actos. Por esto, es que recibimos visitas de personajes
como el Sr. Greenspan a nuestro país, uno de los principales responsables de
esta gran debacle y como “indios” lo recibimos con los brazos abiertos como si
fuese el gran mesías de las finanzas, un elemento totalmente desacreditado en
su país.
Queridos lectores, para cada uno
de nosotros, debe ser motivo de gran preocupación que cinco años después de la
caída de Lehman Brothers, las semillas y los protagonistas causantes de la
crisis aún pululan en la palestra pública, buscando la mejor oportunidad para
volver a sembrar se imprudencias y vagabunderías el sistema. El mejor ejemplo
de esto fue la postulación por parte de Obama de Larry Summers, ex secretario
del Tesoro, como Presidente de la FED. Sólo su renuncia a esta postulación,
tranquilizó a los mercados, que veían en este tipo una vuelta al pasado, al
pasado de crisis, de pobreza y desempleo. Hay que estar muy pendiente de lo que
acontecerá en el futuro, ya que el hombre, es el único animal que tropieza dos
veces con la misma piedra.